Las cosas de la cabeza
De Marcos acaba de igualar la eliminatoria frente al Torino. En el fragor de la euforia, Mikel Rico se dirige a Laporte y le pide cabeza con el dedo. 6 minutos después, el Torino aprovecha el enésimo error rojiblanco en la zaga para callar San Mamés y dejar al Athletic Club fuera de Europa, por más que quedara tiempo por delante.
Esa imagen, de forma resumida, representa gran parte de la temporada del Athletic: un equipo que va o que lo intenta, y que es traicionado por su cabeza (no la de San José ni la de Aduriz por cierto.) No sólo no se jugó con cabeza frente al Torino. Sin ir más lejos en San Mamés, Elche, Granada y Córdoba se llevaron la victoria ante un equipo carente de ideas en el campo y en el banquillo por momentos. Muchos le critican a Valverde algunas rotaciones, la falta de aportaciones desde el banquillo en algunos partidos, o de probar otras cosas si la idea principal no funciona. Salvo en contadas excepciones, el técnico ha sido plano en este tema, ya sea por no prepararlo, o por no tener los mimbres adecuados. Curiosamente, sorprende que un club que afronta 3 competiciones, se refuerce con único jugador, mientras que por otro lado permite la marcha de uno de sus buques insignia a un club grande en Inglaterra, pero que no va a pisar Europa. Hay que estudiar y preguntarse, porqué no ha venido nadie y porqué se han ido los 3 jugadores más desequilibrantes del equipo en 4 temporadas, una reflexión que muchos nos hacemos, pero que no sé si se la hacen o no en la Alameda Mazarredo. Si la han hecho: ¿cuándo le pondrán solución? ¿Son capaces de intentar que no se repita la salida de futbolistas mientras que se potencia la llegada de jugadores que “mejoren” lo que hay? Si lo han hecho, debería verse reflejado de alguna manera, cuantitativa o cualitativa, pero de momento, el silencio o el manido “no sabría que decirte/contestarte” es la única respuesta. Y mientras el equipo no usa la cabeza en muchas ocasiones, la cabeza visible de la institución no puede, no sabe, o no transmite con hechos, aumentar el poder de convencimiento del club para reforzarlo en condiciones, el sufrido socio y aficionado se lleva las manos a la cabeza porque no sabe, no entiende como un equipo que rozó el cielo hace 3 temporadas, que demostró en la Liga su potencial la pasada campaña, es incapaz de mantener una línea de juegos y resultados que justifiquen las exigencias de sus socios, rebajadas hace ya varias décadas para su desgracia, y que parecen no ser recordadas, a la hora de renovaciones, por ejemplo. Nuestro Athletic necesita, un jugador con carácter sobre el césped, que sepa infundir al resto las ganas, la garra y la cabeza fría cuando lo exija el partido. Haberlos en la plantilla los hay, pero parece que su forma o veteranía les hacen estar para empresas menores. Nuestro Athletic necesita un técnico rápido en las decisiones y en las peticiones, sabiendo las limitaciones del club, que convenza a sus jugadores y a las posibles llegadas de lo que pueden hacer en este equipo y no siembre las dudas en la gente. Nuestro Athletic necesita un presidente con carácter, seguro de lo que quiere para la institución, y que si no consigue lo que se propone, que deje la apariencia de intentarlo hasta el final. Por desgracia, no veo eso en el Athletic esta temporada, la cual, termine como termine, no pasará a la historia. Ojalá me equivoque. Por Sergio Brau Monesma. Periodista.