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El Athletic, entre las Excepciones y las Constantes

32 años siguiendo la información del Athletic.

Guste o no, el Real Madrid es el club más emblemático de la Liga española. Es, junto con el FC Barcelona, su marca más internacional. También es, según consta en la edición 2015 del estudio “Football Money League” de la consultora británica Deloitte, el club más rico del mundo desde hace 10 temporadas.

 
Pero en esta columna hablamos del Athletic Club de Bilbao, la tercera de las cuatro asociaciones deportivas no mercantiles de la Liga (la cuarta, Osasuna, afronta una situación problemática en lo financiero, ético e institucional).  El Athletic es otra cosa. Es el emblema del fútbol romántico. Una apuesta por la cantera, por el terruño, por una filosofía de fútbol que responde a un legado alusivo (el de sus fundadores ingleses y vascos) y que, también, responde al reflejo de un concepto de configuración política e identitaria.  Sin embargo, esta Liga resulta, en los hechos, relativamente aburrida: un duopolio de facto de dos muy ricos (Madrid y Barça), una clase media empobrecida (Atlético de Madrid, Valencia, Athletic, Real Sociedad, Sevilla) y un resto de clubes pobres. Por tanto, esta Liga resulta previsible en su extensión: suceda lo que suceda, al final será para el Madrid o para el Barça.  Y aun así, a veces hay excepciones. Como en la temporada pasada, que la ganó el Atleti de Diego Simeone. O en partidos puntuales, como el de hace tres jornadas en el Camp Nou, en el que el Málaga derrotó al local Barcelona; también ayer, cuando acaso contra todo pronóstico, el Athletic ganó por 1-0 al Madrid -ese centro preciso de Mikel Rico, ese limpio y certero cabezazo de Aritz Aduriz.  Pero las excepciones no hacen a la Liga –sólo sus constantes.   Según la información de la Liga de Fútbol Profesional, el Madrid dispone, para la presente temporada, de un presupuesto de 453 millones de euros. El Athletic, 58.693.000 euros. El que menos, el Eibar: 3 millones. ¿Cómo competir? He ahí el misterio: el fútbol no es sólo presupuestario y resultadista, sino que también tiene valores, una filosofía, actitudes (individuales, de equipo, institucionales), ética, formación, entrenamiento, entre tantos componentes de su estructura poliédrica.  Y ayer, en ese San Mamés de la pasión que estaba a rebosar, el Athletic no compitió contra el Madrid en presupuesto. Compitió desde la inteligencia de juego como compensación de su propia baja forma física ante el poderío atlético y corporal de los jugadores del Madrid. Compitió desde la actitud individual y colectiva. Compitió desde el desempeño del equipo -cohesionado y coherente en todas sus líneas.  Así se llevó el resultado con la eficacia de la gestión de Aduriz en el área defendida por el Madrid; dejando a su afición, también, la ilusión de la recuperación de Iker Muniain y la promesa de Iñaki Williams.  No deja de ser una excepción ese 1-0 final en esta temporada irregular del primer equipo del club bilbaíno. Sin embargo, invita a la reflexión desde las preguntas: ¿Es el fútbol sólo cuestión de primacías de presupuestos y resultados? ¿Cómo se le puede ganar a los equipos “grandes”? ¿El entreno y la entrega son tan importantes como mantener una actitud ganadora, como capacidad de rebotar ante las adversidades?  Acaso en el Athletic no se tengan todas las respuestas a preguntas tan oportunas y pertinentes. Y aun así, ayer, en 90 minutos, el equipo encontró en el campo gran parte de estas respuestas, aunque tal vez fueran más excepcionales que constantes de su fútbol.
 Por Alejandra Herranz. Blogger y periodista  

@aleherranz

 
 

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