Josu Urrutia en la distancia corta
El proceso electoral abierto en el Athletic Club con la única candidatura de Josu Urrutia nos ha dejado algunos detalles interesantes. Obviamente el que más salta a la vista es la ausencia de un rival en las urnas, un hecho que sería exagerado atribuir más a la elección de la fecha de los comicios que al excelente período deportivo vivido en los últimos cuatro años con bastantes más alegrías que borrones.
Personalmente me hubiera gustado que alguien hubiese dado el paso de medirse a Urrutia con otro proyecto, más que nada porque entiendo que confrontar ideas nunca está de más y "obliga" al aspirante a la reelección a adoptar registros de comportamiento diferentes. Vamos, que un rival siempre estimula y el discurso habitual tal vez no sea suficiente. Hecho este preámbulo, me gustaría significar el paso dado por Urrutia mostrándose accesible ante los medios de comunicación sin necesitarlo realmente para su reelección. Por primera vez en cuatro años, los periodistas hemos podido medir cómo es Josu Urrutia en la distancia corta, cómo explica sus ideas y pensamientos rojiblancos sin el corsé del formato que conllevan las ruedas de prensa oficiales.
Hemos visto al presidente torear en casi todas las plazas, las más afines y las más lejanas, y le hemos visto también fajarse ante preguntas más o menos cómodas independientemente de la audiencia ante la que iban dirigidas. Y la verdad es que, a mi juicio, ha merecido la pena. El Athletic es demasiado grande como para que sus dirigentes, independientemente de su identidad, no sean más accesibles al margen de los conductos oficiales de comunicación del club. Con esto no quiero decir que la exposición pública deba ser constante ni reiterada, en absoluto. Comparto totalmente el criterio de que por ese camino se banaliza el mensaje y se desgasta el entorno. Pero puntualmente, con la debida seriedad y criterio para concertar el momento, entiendo que es de lo más saludable abrir un poco la puerta a los medios. Y no me refiero a primicias ni filtraciones interesadas.
La riqueza de este club y el matiz personal que le aporta quienes lo dirigen convierten esa mezcla en un producto fascinante para su expansión. El Athletic vende porque su imagen y lo que representa interesa y mucho. Y si todo ello se adereza con el acento particular, el carisma y las posibilidades que ofrece el cara a cara con los que gobiernan el club, creo que ganamos todos. Termino como empezaba. Valoro y agradezco haber podido escuchar, ver y leer a Urrutia en estos últimos días sin que él lo necesitara para sus aspiraciones. Su distancia corta como jugador fue importante y he podido comprobar personalmente que, si no echa mano de ella un poco, sólo un poco más al frente del Athletic, nos estamos perdiendo algo interesante.
Por Ramón Hernández. Periodista de Radio Nacional