Es Noticia

'Más lluvia en Lezama'

32 años siguiendo la información del Athletic.

Llevamos un tiempo en que parece haber un cierto remanso alrededor del Athletic Club, a excepción de la consabida polémica de la lluvia. Deportivamente, todo parece funcionar; se han dejado de producir rotaciones masivas, y parece que esto marcha, que el equipo se acerca a las posiciones de arriba.

Y en éstas, una entrevista a Aitor Larrazábal en El Mundo Deportivo, realizada por Iñaki Ugalde, demuestra la existencia de heridas no cerradas, de un Lezama de bandos, con relaciones personales antes íntimas, hoy rotas.
Se nos plantea falta de ilusión entre los chavales que trabajan en Lezama, entre nuestros proyectos de futbolistas y de personas; en definitiva, se reaviva un fuego y desvía la mirada en un momento que a mi modo de ver “no tocaba”; esto se debió debatir hace tiempo.
Personalmente, retrocediendo unos meses, no alcanzo a entender porqué no se comunican “los porqués”, válgame la redundancia, de los cambios que se produjeron el pasado verano.
Desconozco, ignoro, la razón para tanta falta de tacto; el porqué no se produce un apretón de manos en una comparecencia pública, agradeciendo el trabajo de quienes dejan de trabajar para el Club, y dejando abierta la puerta a una hipotética futura nueva colaboración.
Desconozco por qué no se presenta como merecen, razonando su idoneidad y perfil para cada puesto, a quienes llegan. Las razones del cambio de rumbo, qué se busca, etc. Que no parezca que la única razón es la necesidad de aire fresco.
Es incomprensible, lo plantee quien lo plantee, que quien se marcha se encargue de elaborar un organigrama, cuando quien va a ocupar dicha función es otro, que lógicamente querrá preparar su equipo de trabajo: incongruencia total, repito, lo plantee el propio Aitor, o el Club.
No alcanzo a entender por qué, por el bien del Athletic, no se hacen de otra forma las cosas, pero aún menos la razón de reavivar este debate ahora. Unos y otros debieron hacerlo antes, y si no se hizo en su momento, que se debió hacer, menos ahora.
¿Quién gana con ello? ¿Se piensa en algún momento si esto es ahora bueno para el Club?

Por dicha entrevista parece claro que siguen existiendo bandos, incluso sin elecciones de por medio, dentro de Lezama, que no todos reman en la misma dirección; supongo que con tanto cambio quienes quedan, ahora sí, tienen el mismo proyecto, reman juntos, o eso esperamos.
Aitor deja caer algo que también me preocupa, aunque sé que hay quien lo ve de otra forma: que los educadores, los formadores de nuestros chavales, quienes deben inculcar el “sentimiento Athletic”, quienes en casos deben combatir la colonización mediática de los grandes trasatlánticos, en casos no son ni socios, o así se deja caer, sonando a reproche, pero sin mencionar a quién alude.
Salvando las distancias, sabemos que los niveles de remuneración no son para todos iguales, pero un jugador, un entrenador, alguien que cobre unas cantidades determinadas como para considerarse un profesional del Club, debiera hacerlo.
Hace un tiempo se nos consultó a un numeroso grupo de socios, seguidores, periodistas, etc..., dentro del Proyecto Esnatu, opiniones sobre cuestiones que entendíamos importantes para fichar, trabajar, etc... en el Athletic: uno de los requisitos para algunos de nosotros era éste: hacerse socios del Club, demostrar implicación en el proyecto.
Otra de las cuestiones que parecían interesarnos a varios de los concurrentes era que en la formación se debía buscar el mejor perfil para cada puesto: el mejor entrenador de cadetes posible, y que sea feliz siéndolo, que se forme, que se recicle y que no ambicione más que ser el mejor entrenador de  cadetes posible para el Athletic.
Idem para cada puesto, sea alevín, benjamín, etc... Sin ambiciones, sin plantearse cada desempeño como una estación de paso hacia el ambicioso objetivo de entrenar al primer equipo, en una especie de carrera hacia la élite con estaciones intermedias. Ambicionar ser el mejor en lo que se hace, sin más.
Personalmente, quisiera que así fueran las cosas. Y que se retribuyese, lógicamente, de forma que cada profesional se sintiese a gusto, realizado, con un futuro estable, que trabajase con tranquilidad, pensando en el largo plazo, y no a expensas de proyectos electorales o de escaladas hacia el fútbol profesional.
¿A cuenta de qué esto? Sencillo y claro: aplaudo el trabajo de Cuco Ziganda; desearía que siguiese por mucho tiempo haciendo lo que hace, que se sintiese reconfortado y feliz haciendo lo que hace, pues creo que lo hace muy bien, que lo desempeñe a largo plazo, pues lo creo muy adecuado para el Club, y creo que hasta para él.
Me preocupa, y mucho, que a corto plazo estemos pensando en él como técnico para el primer equipo, no porque no sea válido, sino por lo que ello conlleva: el enorme hueco que dejaría en aquello en que ya ha demostrado gran valía, un perfecto perfil para la  formación previa al salto al primer equipo.
Pero, por otra parte, desconozco si ambiciona o no dicho ascenso con el riesgo que hasta para él tiene, o es feliz con lo que hace y querría hacerlo durante largo tiempo, con estabilidad.
De salir mal el experimento de darle el primer equipo, perderíamos su perfil en donde está y correríamos el riesgo de equivocarnos tanto en su sustituto en el filial, como en su ubicación llevando las riendas de un equipo con exigencias máximas, inmediatas, y con otro perfil de jugadores.
Me mojo: desearía una larga estancia de Ernesto Valverde en el primer equipo, y otra aún más larga de Ziganda con el filial. El sustituto del primero, a mi modo de ver, no debe ser El Cuco: nos descapitalizaríamos enormemente, posiblemente, en ambos puestos.  Por César García. Socio del Athletic Club. 

Escribir comentario 0 comentarios
Deja una respuesta
Su comentario se ha enviado correctamente.
Su comentario no se ha podido enviar. Por favor, revise los campos.

Cancelar