Bilbao Athletic: La paradoja del éxito
El Athletic Club vive una situación envidiable en lo deportivo, la capacidad competitiva de sus diferentes equipos han situado al club en una posición envidiable.
Está muy caro formar parte del primer equipo rojiblanco, hay que tener mucho nivel y coger el tren. No siempre es fácil, hay jugadores de maduración tardía o que necesitan salir de Lezama para completar su formación. Con el listón y la exigencia cada vez más alta, son muchos los que tienen que abandonar el Athletic para completar su ciclo de crecimiento. Futbolistas que probablemente en otros tiempos hubieran contado con un lugar más estable en la primera plantilla.
En ese sentido, el ascenso del Bilbao Athletic a Segunda tras 20 años abría un nuevo escenario. El dilema surgía a la hora de plantear qué hacer con los jugadores menores de 23 años que no entraban en los planes de Valverde. Una ecuación en la que contaban las opiniones del propio Txingurri, Cuco Ziganda y los propios jugadores.
Los nombres de Guillermo, Ruiz de Galarreta y Unai Bustinza eran del agrado del técnico de Larrainzar para completar su grupo. Un delantero centro, un mediocentro y un defensa polivalente que además cubriría el rol de capitán. Sin embargo, los tres acabaron en el Leganés, escuadra dirigida por Asier Garitano. Un técnico que gusta en Lezama.
Los propios futbolistas habían dado por amortizado su paso por la factoría rojiblanca. Lo mismo ocurría con Kepa Arrizabalaga o Erik Morán. Ahora, con la apertura del mercado invernal, todo hace indicar que con el caso de Ager Aketxe se vivirá la misma disyuntiva.
No cabe duda de que un equipo con los citados Kepa, Bustinza, Morán, Ruiz de Galarreta y Guillermo cuenta con argumentos competitivos más que suficientes como para asomarse a la zona de play-off. Y no es menos cierto que el Bilbao Athletic está sufriendo un duro inicio de temporada debido fundamentalmente a sus problemas a la hora de hacer gol. Algo que tendrá que solucionar, bien con el retorno de Guilllermo o buscando otras opciones en la factoría rojiblanca, para poder mantener la categoría.
Existe una corriente argumental que asegura que las cesiones han perjudicado las opciones del filial rojiblanco para seguir en Segunda. No les falta razón, pero se obvia un aspecto, tampoco se podía permitir un tapón en Lezama. Los minutos que están jugando Remiro, Markel Etxeberria, Undabarrena, Córdoba o Villalibre se antojarían poco probables en caso de que Kepa, Bustinza, Morán, Ruiz de Galarreta y Guillermo siguiesen en Lezama.
Distintos plazos e intereses para una misma realidad. Los casos de Beñat, Etxeita o Javi Eraso nos han demostrado que determinados futbolistas necesitan pasar por un último escalón externo antes de ofrecer un rendimiento competitivo inmediato en su retorno al Athletic. Al igual que la experiencia que están viviendo los cachorros, que están jugando de tú a tú con prácticamente todos los equipos de Segunda, supone un master valiosísimo de cara al futuro.
Jugar en el Athletic cuesta, no vale con debutar, asentarse es muy complicado y no todos los casos van a ser como los de Laporte o Williams, hablamos de jugadores fuera de serie que avalan por si mismos el trabajo de Lezama. Hace falta paciencia y no pensar que la elástica rojiblanca es una trituradora de talento. En ocasiones hay que salir fuera, crecer, madurar y ver la dificultad que tiene el fútbol fuera de Lezama y la vida lejos de nuestra zona de confort familiar y emocional.
Lo dicho, el club vive una etapa fructífera, los resultados son incontestables y eso obliga a buscar nuevas situaciones en diferentes campos. Cuantos más jugadores compitan, mejor. Lo importante es poder garantizar tener jugadores de rendimiento inmediato en la actualidad, así como fabricar futuros leones ya sea en el filial, el Baskonia o en otros clubes, siempre dentro de la órbita rojiblanca.
Por Beñat Zarrabeitia, Periodista y comunicador