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En carne propia

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Paul Abasolo: Si me preguntan por qué
Hablo con propiedad. Y desde la carne. La propiedad que me da el haber sido (y seguir siéndolo, y de por vida) en propias carnes, y en mi ánimo también, maltratado por una mujer, ser humano del sexo femenino que, desde que ocurrieron los hechos y hasta el día de hoy, labora como profesora que educa a niños y niñas de tierna edad en un colegio público de un pueblo de la margen izquierda. Podría daros más datos. Nombre, domicilio, edad y antecedentes. Podría, incluso, emulando a Judas Iscariote, llevaros al huerto donde ora y labora, a la hora del recreo y, al modo evangélico, darle en la mejilla un beso para ponérosla a tiro, Podría. Puedo. Pero no lo haré. De momento. Quizás algún día.

Cada uno tiene su conciencia: allá ella con la suya, que yo con la mía me llevo muy bien, aunque, para que tamaño entendimiento se produzca, debo derramar al cabo del día tal cantidad de lágrimas que causan inundaciones crónicas en las cuencas de mis ojos…
Entradilla extraña la de este hombre, se dirá. Extrañeza que me dispongo a disipar diciéndoles que, sobre la mesa en la que escribo, a la izquierda del ordenador que se ha prestado a obedecerme, reposa un ejemplar de la revista Interviú con fecha “del 11 al 17 de julio 2016. Nº 2.098”. Abro la revista y, ocupando doble página (26-27), un auténtico bombazo periodístico, lo que comúnmente se dio en llamar ´tirar la casa por la ventana´.

Portugalete en el candelero. Gente de la villa podría pensar que de lo que se trata es de divulgar los ecos que flotan en el aire luego de la magna fiesta de la Virgen de la Guía (1 de julio) o de hacer saber al mundo entero que, por aquello de que las fiestas de San Roque están a tiro de mes (14…17 de agosto), “nuestra diversión es la mejor del mundo entero”. Pues no. No va de fiesta la cosa. O sí. Pero dos tipos de fiesta que, al mezclarse, provocan en el lector una confusión similar a la que se produjo de inmediato a que Dios castigara con saña a los constructores de la torre de Babel. Llamando la atención por aquello del colorido, y porque la página derecha tiene prioridad para el primer golpe de vista, de cintura hasta lo más alto de su testa, un futbolista del Club Portugalete llamado a engrosar una plantilla que ansía recuperar la Segunda División B, recién perdida, luego de haber sido confeccionada al alimón por Javier González Etxebarria (director deportivo) e Ibon Etxebarrieta, flamante entrenador que desde Zamudio viene con la vitola de haber dejado al equipo del Txoriherri en la misma categoría que el ´Portu´ ansía recuperar.
¿Quién es, pues, este futbolista que ha merecido tan soberbia distinción? Su nombre es Paul; su primer apellido, Abasolo. Tocando su testa, y con el fondo del Hotel, “de los pobres” llamado por los jarrileros ilustrados, un conjunto de mujeres pertenecientes al movimiento feminista de Portugalete se parapeta detrás de una pancarta conformando un cuadro que le invita a uno a retrotraerse a ese capítulo del nuevo testamento en el que un gentío pide a grito pelado la lapidación de una mujer adultera y/o prostituta que sólo será salvada con la oportuna presencia de Jesús de Nazaret, ese hombre de poco más de treinta años que ya se dispone a decir: “El que esté libre de pecado…que tire la primera piedra”…y aquel paraje desértico y pedregoso se quedó vacío.
No éste, sin embargo, que, lejos de verse los  ánimos aplacados, se ensombrece con el grito en queja del ojo por ojo y el diente por diente. Dijo Ghandi que, de seguirse tal encomienda, devendríamos en una humanidad ciega y desdentada. Una mujer, en un gesto de luchadora olímpica que aspira al oro por la vía directa, contacta con su pie derecho en el ojo izquierdo de la cabeza pintada de un Paul Abasolo que cambia su serena cara de futbolista por una mueca de horror…

Este periodista, que no ha nacido ayer y conoce de muy buena vista a alguno y alguna de los precursores de esta campaña a fuego contra el futbolista del Duranguesado, podría desmontar todo este tinglado con el simple recurso a otra de las citas que le hicieran tan famoso al bueno de Jesús de Judea: “Capaces de ver la paja en el ojo ajeno pero no la viga en el propio”. 
Con tan sólo este argumento, y dejándome llevar por ese pecado capital que es la pereza, animaría a todo aquel que ha oído campanas pero desconoce la procedencia de la llamada eclesiástica, a que hurgara en la plantilla del Zamudio, equipo del que procede Paul Abasolo, y en el que milita Mikel de Gregorio.
Con tan sólo este ejercicio de indagación, el curioso se haría sabedor de que Mikel de Gregorio, actual futbolista de la plantilla del Zamudio, viene de un pasado en el que… ”fue condenado por la Audiencia Nacional a cuatro años de prisión por ser autor de un presunto delito de depósito de artificios incendiarios con la finalidad de alterar la paz, así como a la pena de inhabilitación durante diez años. El Supremo lo absolvió posteriormente”. 
Los abogados  encargados de la defensa de Paul Abasolo, tratemos de ser concisos recurriendo a ellos, consideran que, asumiendo que en su día fue juzgado y condenado por abusos sexuales contra varias mujeres, “es un despropósito que los hechos cometidos hace diez años, por los que fue juzgado y cumplió con lo que el indulto dictaminaba, se hayan llevado ahora ante el Ayuntamiento de Portugalete, cuando “él no puede cumplir más controles, filtros, vigilancia ni seguimiento; y los ha superado todos. En algún momento hay que dar esto por zanjado”…
Zanjado. Del verbo zanjar. Quizás resida aquí el quid de la cuestión. En zanjar. Zanja. Zanja que será gestionada de manera diferente según sea el color del cristal a través del cual se mira la realidad. Para unos, unas, la zanja, mientras el sepulturero se bebe una cerveza  bien fría, sería el habitáculo perfecto para enterrar el cuerpo de Paul Abasolo luego de haber sido lapidado públicamente en la plaza del Solar ante el griterío de un pueblo más hipócrita y cínico que los mismísimos fariseos.
Para otros, para otras, zanjar es dar por resuelto, cerrada la herida y bien cicatrizada, un asunto que tiene unos tintes políticos más hedientos que aquella época en la que el reloj más siniestro de mi amada Euskalherria se ponía en marcha descontando días, horas, minutos y segundos hasta que alguien, en tupido bosque, descerrajara un cobarde disparo contra la nuca de un hombre indefenso.
Para entender en toda su dimensión lo que en el entorno de la familia del Club Portugalete está sucediendo (familia a la que pertenezco por mis once años en los que vestí la camiseta gualdinegra), convendría que todo aquel y aquella que buscan la verdad lo hagan sin el miedo al peligro que supone encontrarla y hacerse cargo de todo aquello que conlleva. Ahora que la paja ya ha salido a la luz y ha sido traqueteada de infinidad de maneras, sería conveniente, y justo hasta el extremo, que saliéramos de cacería con una buena máquina de fotos y regresar cada uno a su casa con su cinturón cargado de vigas…
La viga, es un ejemplo, de un Mikel de Gregorio  al que yo le deseo lo mejor como persona y futbolista pero que el grupo feminista de Portugalete no  saca a escena para cotejarlo con Paul Abasolo. La viga, es el segundo de los ejemplos, de Irati Tobar, concejala por Bildu en el Ayuntamiento de Portugalete a la que no se le cae la cara de vergüenza por lapidar públicamente a Paul Abasolo en vez de darse la vuelta y regresar a su casita por no estar, ni mucho menos, libre de pecado.

La viga, es el tercer ejemplo y uno ya se cansa de acarrear tanto cemento y hierro, de ver encabezando manifestaciones contra Paul Abasolo a las puertas del municipal de La Florida, e incluso en sus adentros, a un hombre (con uno me basta y sobra) con el ceño ajado luego de tanto reventar, bramando, concentraciones a favor de la paz, y de jalear a ETA luego de cada una de sus canalladas: “GORA ETA MILITARRA!”, gritaba como si dijera “AUPA PORTU!” en la General de La Florida. Luego se tomaba un vino y se recogía en casa para ver la ETB y hacerse conocedor del alcance de su proeza.
Que nadie se engañe. Esto no va de justicia ni de derechos humanos. Que venga dios y lo vea. Que nos reúna a todos en el municipal de La Florida. Para que, imperando en el estadio el reino del silencio, se pueda escuchar: “El que esté libre de pecado que tire la primera piedra”. Y que quieren que les diga: No quedaría ni Dios. El sumo hacedor. Que cuando esculpía al primer ser humano estaba borracho y se le torció el cincel.  Post-Scriptum: Pido encarecidamente que mi caso no quede en el olvido ni caiga en saco roto. El que estas cosas ha escrito, y de ellas se hace cargo, es un hombre, maltratado por una mujer, que busca el amparo del Grupo Feminista de Portugalete,  y el de Irati Tobar, edil de Bildu en el consistorio jarrillero: “Irati, con el alma te lo digo: ¿Para cuándo una ´mani´ en toda regla contra la mujer por la que fui maltratado?... En suelo fabril. En el patio de su colegio. A la hora del recreo. Vosotras, atentas. Me acercaré a ella. La besaré en la mejilla…
Luego, acercaros a la ´andereño´ y la prendéis. Empezará así el ´Calvario´, ese tormento empinado  que en su momento nadie le obligó a asumir.
Por Luis María Pérez, 'Kuitxi'.  Periodista y Exjugador del Club Portugalete.   

@kuitxi

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  1. Marcos

    Estupendo articulo, una realidad, que vivimos muchos hombres, dejados de la mano de dios por las leyes de turno a la que se agarran como clavo ardiendo, solo cuando les conviene a las marionetas que en grupo solo hacen ruido y una a una no hacen ni sombra. Dos varas de medir y ni un solo cm cuadrado de cerebro, junto con una conciencia bastante nublada, da para lo que da.

  2. Jose Luis

    Lo tuyo no es escribir,es vomitar !

  3. Jon

    Bua...te has lucido con el artículo tío! Para mear y no echar gota. Y lo mejor es que te etiquetas como periodista!