El sueño del León

No seremos los mejores de la clase, pero nuestras notas son muy satisfactorias. El alumno evoluciona satisfactoriamente, como se dice ahora en esa jerga del profesorado, lo suficiente para divertirnos y colmar los sueños de cualquier aficionado. En liga, a trancas y barrancas, solventamos nuestras salidas tumultuosas con un comportamiento en casa que para sí lo quisieran los poderosos, cediendo tan sólo una derrota y un empate en la 'Catedral' en todas la competiciones de este curso. En la copa, nos duela o no, siempre nos toparemos con el Barcelona, las bolas de ese torneo están lo suficiente frías como para congelar una hipotética final entre los reyes del mambo por miedo a lo 'chiflos' al Rey oficial.

Estamos de manera constante desde hace unos años en Europa y se podría decir que rondamos tanto al trofeo que al final cederá ante nuestros encantos, ojalá sea en el año en que entramos, eso supondría el mayor alegrón de la historia del club, y Valverde le hace ojitos. En manos del míster está el futuro inmediato de esta plantilla de jugadores que quieren formar parte del santuario de Ibaigane.
El león sueña, es cierto, porque cuando no tiene hambre descansa y se dedica a dar protección a su camada. Ésta es ahora nuestra principal preocupación, estar vigilantes de la evolución de uno de esos jóvenes leones que ya caza en solitario y se ha apoderado en pocos asaltos de nuestro corazón rojiblanco. Yeray es nuestro desvelo y estaremos con él hasta que regrese con más fuerza si cabe. Porque ante todo, si por algo ha destacado siempre San Mamés es por cuidar a sus cachorros. Lo demás ya llegará.
Por Patxi Herranz, periodista de Radio Popular y El Correo.