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Algunos se hicieron los suecos

Agustín Benito

Por razones que no vienen a cuento no pude ver en directo el partido que jugó el Athletic Club en Suecia.  Me fueron llegando mensajes de algunos allegados que no escatimaban calificativos para referirse al juego y a la imagen que ofrecía el equipo en un partido poco menos que trascendental para el futuro europeo del Athletic.

El Östersunds, ese desconocido y entusiasmado equipo sueco, siempre según mis informantes, pareció el Milan de Sacchi, el Ajax de Cruyff o el Brasil de los 70. Yo pensaba que exageraban pero la coincidencia en el tono y en el contenido de los mensajes me trasladó inmediatamente a otros escenarios en los que el equipo ha dado pena e incluso lástima. La lista, por desgracia, se ha alargado últimamente; por lo tanto, ya no es casualidad.    En un ejercicio de masoquismo vi el partido para corroborar con pelos y señales lo que me habían contado. No exageraron con los calificativos ni con las comparaciones que hicieron con el juego del Östersunds, un equipazo por incomparecencia del rival.  Ya nos habían avisado de las proezas del equipo sueco, un club en el que se ha declarado hace tiempo el estado de la felicidad.   Por lo visto parece que algunos jugadores del Athletic no se tomaron muy en serio los informes que les pasaron del equipo rival y saltaron al campo a solventar un trámite de escasa dificultad. Y así les  fue de mal.  Fue un desastre provocado por los jugadores elegidos por Cuco Ziganda, que lógicamente con la elección también tiene su cuota de responsabilidad.
  El entrenador del Athletic se equivocó en la alineación y se traicionó a sí mismo, y eso fue lo peor, para no molestar a algunos futbolistas. No se fueran a enfadar. Cuco se olvidó de los brotes verdes de Mestalla y erró al alinear a Aduriz y a Raúl García, dos futbolistas capitales en el juego de ataque del Athletic cuando ataca el Athletic, que no fue el caso. Ambos pasaron por el partido con pena y sin gloria. Fueron dos fantasmas disfrazados de futbolistas. Demasiado lastre para combatir el entusiasmo y el buen futbol del equipo rival.    Cuco se equivocó también al juntar en el centro del campo a Vesga y a Iturraspe. Los dos  rozaron el ridículo, y ésto lo digo después de ver repetidas varias jugadas. La incidencia que tuvieron en el juego fue nula. Ni atacaron ni defendieron. En el caso de Iturraspe ya llueve sobre mojado. Solo Herrerín, a pesar de un error grueso en el primer gol, salió con buena nota aunque con mala cara de un partido que tardaremos en olvidar. Otro más y van… Sobre el nivel que dieron los  defensas mejor no extenderse. Lekue, Laporte, Etxeita, Balenziaga y Bóveda ofrecieron un “clinic” de todo lo que no debe hacer un defensa para ser un buen defensa.     Así que visto y repasado el partido, corroboro que no exageraron mis amigos cuando calificaron el juego y la imagen de un equipo que todavía no sabe a dónde va; y ésto no lo digo yo, lo dice su entrenador al que muchos apuntan como el único responsable de un problema que deberían solucionar cuanto antes los jugadores. Y aquí apunto a los más veteranos, y no me refiero sólo a la edad, porque ellos tiene mucho que decir y sobre todo que hacer.
Por Agustín Benito, periodista de ETB

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