Decía la pasada semana Jose Angel Ziganda tras el bochornoso empate del Athletic Club ante el Ostersunds FK que “el nombre no lo es todo. Que hay mucha gente por ahí que juega muy bien al fútbol, gente fuerte y que corre y con mucha ilusión por lo que hace. Que no es fácil ganarles”...
Me da la sensación de que el “Kuko” dejó pasar por alto un dato importante: los jugadores del conjunto sueco y añado también los del Zorya ucraniano, (esos desconocidos que asaltaron la Catedral) y mucho menos los del Formentera (parte baja del grupo III de 2ªB) no militan en un club que tiene más de 100 millones de euros de presupuesto. Un club en el que se cobra mucho, bien y de manera puntual. Ya les gustaría. Es por ello que se les presupone muchísima menos calidad que a los leones. ¿Quiere esto decir que a los rojiblancos se han saciado ya? ¿Que ya no tienen ese “hambre” por ganar, que se han cansado de presionar, de correr…, o lo que es peor que se les ha olvidado jugar al fútbol? ¿O tal vez es al entrenador a quien no le fluyen ya las ideas, quien no encuentra la tecla del buen juego, con un ideario futbolístico que todavía no tiene perfilado? Pero esto no sólo sucede en Europa. En Bilbao, sin ir más lejos, ha empatado el Getafe, con uno de los presupuestos más bajos de primera. A esto hay que añadir las derrotas en Las Palmas (6 puntos tienen sólo los canarios), el increible empate regalado en Málaga (es el único punto de los de Michel en su casillero) o la derrota este domingo en Leganés... todos ellos clubes con un potencial económico muy lejos del que se maneja en Ibaigane. Pero puestos a analizar lanzo un par de preguntas y varias reflexiones: ¿tenemos jugadores excesivamente acomodados? ¿Presuntos titulares que apenas se ven apretados por lo que tienen en el banquillo? Los datos están ahí. Salvando la temporada de los dos porteros (tal vez lo único potable esta temporada) y empezando por la defensa, vemos que a Balenziaga le “aprieta”, por decir algo, Saborit y no Nacho Monreal. Que De Marcos sólo tiene que tener “controlados” a Lekue o Bóveda y no a Azpilicueta u Odriozola. Que Laporte se tiene que preocupar de estar mejor que Etxeita y no, por ejemplo, por Javi Martínez. Si subimos al centro del campo tenemos overbooking en la sala de máquinas (Beñat, Sanjo, Itu, Vesga o Mikel Rico), a cual más irregular y desconcertante mientras que Mikel Merino está demostrando en el Newcastle el pedazo de jugador que es. Raúl García sabe que esté mejor o esté peor, nadie le va a mover de la media punta y menos con Ander Herrera en la Premier…, que ninguno de los jugadores de banda se deberá preocupar por el nivel que ofrece Oyarzabal, o que el gran Aritz Aduriz (con Fernando Llorente en el Totenham) seguirá siendo el único “9” del equipo mientras que Sabin Merino o Kike Sola sigan siendo sus compañeros en Lezama. Así es el Athletic, es lo que hay. Para lo bueno y para lo malo. Club de cantera y orgulloso de serlo (Yeray, Córdoba o Unai Núñez dan fe de ello). Pero eso no va a evitar que que el aficionado se rasgue las vestiduras con el paupérrimo nivel de juego que muestra el equipo. Con la falta de alternativas que ofrece el entrenador o con la poca cintura que dan a entrever el presidente Josu Urrutia o la dirección deportiva a la hora de cerrar fichajes que ilusionen a la masa y, sobre todo, que mejoren lo que hay. Por no hablar del culebrón de la renovación de Kepa Arrizabalaga. Dinero para fichar y renovar hay, y de sobra. Hace falta ambición y valentía a la hora de afrontar las operaciones. Eso, y ser un segundo más rápido que el resto. Una cosa no quita la otra. La afición del Athletic se merece mucho, muchísimo más, de lo que equipo y Club están ofreciendo. Por Alvaro Fernández Cadierno, periodista de Radio Euskadi
