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A contracorriente

Koldo Urriz

El parón liguero abre la puerta a la reflexión sobre la actual situación que vive nuestro Athletic Club. El entorno rojiblanco está preocupado por el mal momento deportivo de un equipo que en 7 de las últimas 9 temporadas se ha clasificado para jugar en Europa y que, por el contrario, este año está lejos de poder repetir su marca cuando está a punto de cumplirse el primer tercio liguero.

Y es que el bagaje de las últimas 8 jornadas es paupérrimo: 4 puntos. Además, la desalentadora marcha en la fase de grupos de la Europa League y el triste empate (y gracias) ante el Formentera en Copa no invitan a levantar el ánimo o a ser optimistas.   El aficionado tiende a buscar explicaciones de la crisis y el punto de mira se ha puesto, en esta ocasión, en José Ángel Ziganda, nuevo entrenador del equipo. Y es que lo más sencillo es atribuir el empeoramiento al único cambio que se ha producido desde la temporada anterior a la presente. Hasta el punto de que en las tertulias rojiblancas no faltan los que reclaman la destitución del técnico. Sin embargo, quiero ser la opinión divergente al veredicto contrario a Ziganda.  Es una circunstancia objetiva que el equipo padece las bajas de larga duración de jugadores de capital importancia como Muniain, De Marcos, Yeray y Beñat y que su ausencia merma el rendimiento del conjunto y limita las posibilidades de jugar de una u otra manera. Precisamente, una de las críticas sobre el entrenador era la no alineación de Beñat y la apuesta por un juego más timorato, cuando ahora se ha conocido que el centrocampista de Igorre sufría una dolencia en el pubis que le impedía rendir satisfactoriamente.    El Athletic no ha realizado en los dos últimos años ningún fichaje para el primer equipo. Y eso se nota. Se apuesta por la juventud y Lezama. Entre los 11 jugadores con más minutos hay siete con 24 años o menos. Entre ellos, Vesga, Unai Núñez, Iñigo Córdoba con menos de 20 partidos oficiales cada uno de ellos. Y no lo están haciendo mal, pero un equipo con ese esqueleto tiene un rendimiento limitado. La filosofía única del Athletic, de la que todos alardeamos, tiene estas consecuencias y conviene asumirlas. Y es Ziganda, precisamente, el que mejor conoce a esos jugadores. Les ha visto crecer en Lezama y les ha ayudado a dar el salto al primer equipo en el Bilbao Athletic.  Por estas razones creo que es necesario tener paciencia con el equipo y dejar trabajar a su entrenador. El equipo está teniendo muchas sombras, pero también algunas luces. El repaso de las últimas temporadas permite recordar que el Athletic es un equipo irregular –de rachas- y que últimamente funciona mejor en las segundas vueltas. Quizá vaya contracorriente pero no por ello creo ser un conductor suicida con todos los coches en su contra.
Por Koldo Urriz, periodista  

@Koldo_Urriz

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