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El curso puente del Athletic Club

Aitor Compañón

Tras un par de temporadas sin fichar jugadores de otros clubes –Ander Capa llega en julio de 2018- ¿Se puede mantener el nivel competitivo de la última década reforzándose sólo con los futbolistas que suben del Bilbao Athletic y que regresan de una cesión?

Pues, ¿por qué no? -pensaran algunos- pero hasta el momento sin incorporaciones de fuera de Lezama está resultando una ardua tarea. Sin desmerecer a futbolistas de la talla de Iñigo Córdoba, Unai Núñez o Mikel Vesga – gratas sorpresas en este primer tramo de curso- se tiene la sensación que sin fichajes para determinadas posiciones la plantilla pierde “punch” y se queda algo magra para aspirar a clasificar entre los seis primeros en Liga e ir superando rondas en Copa del Rey y Europa League.
  Tras los primeros veinte encuentros salta a la vista que el equipo no está fino. Se abusa de colgar balones a la caja y se peca de poca elaboración. Visto lo visto hasta ahora la pelea de los rojiblancos va camino de ser quedar entre los diez primeros en Liga. Bajando un peldaño respecto a donde se estaba estos últimos tiempos.   En una charla telefónica con el periodista Agustín Benito coincidimos en que se antoja conveniente reclutar para la causa a lo más lustroso del panorama futbolístico que atañe al club bilbaíno, si la empresa es seguir siendo competitivos en Liga, Copa y Europa. El pasado agosto volvió a sonar lo de “el gran objetivo es pelear por la Europa League”. ¿Pero realmente se tiene plantilla para ello o es una máxima que se repite cada inicio de curso?   Benito tiene la sensación que un esfuerzo económico y de planificación de mercado en verano hubiese permitido a Ziganda disponer de una escuadra de más empaque dentro de ese segundo o tercer escalón europeo en que se encuentra el Athletic. Este parecer asoma una vez se conocen las plantillas de las demás escuadras. Y viendo como se refuerzan año tras año le entra un cosquilleo en la nuca al más pintado. Los rivales hace ya un par de cursos que le recortan un pasito a los rojiblancos y mientras en Ibaigane se apuesta un año más por reforzarse sin pasar por caja, los demás van a la carrera y sacando codos en el mercado.
  Encarar esta temporada sin refuerzos tras no conseguir firmar a Mikel Merino ni a Alex Berenguer puede suscitar en los seguidores del Athletic Club una amalgama de sensaciones. Les puede llegar a invadir una mezcla de decepción, orgullo e inquietud. Para más de uno es un chasco que jugadores jóvenes con gran potencial no recalen en un proyecto como el del Athletic. El aficionado de a pie se pregunta si el club no goza del poder de seducción de antaño. Para Benito se trata de falta de determinación de la junta a la hora de tirar el lazo a los jugadores que interesan. Obviamente hay plena confianza en los cachorros de Lezama pero se intuye falta de habilidad u osadía en las negociaciones.
Parece que Merino se quiso probar en la liga más atractiva del continente. Berenguer por su parte no tuvo más opción que acabar en el Torino. Ruiz de Galarreta, a quien se mira de reojo, se fue al filial del Barça. Además, que otros clubes de Euskal Herria gocen de buena salud deportiva y económica –lo cual es una buenísima noticia- hace que aun sea más complicado, o rocambolesco en el caso de Capa, incorporar futbolistas a las filas rojiblancas.   Estos últimos años da la sensación que se ha dejado pasar un tren. Me explico. Había plantilla para pelear por títulos pero los jugadores que deslumbraron bajo la batuta de Bielsa en 2012 cada vez soplan más velas. Otros ya no están. Ziganda ha optado por incorporar las mejores piezas de “su” Bilbao Athletic para rejuvenecer el equipo. Pero de momento con eso no le llega. A uno le da por pensar que este puede derivar en un curso de aclimatación de los nuevos a la élite. Una temporada de transición para que los jóvenes se acostumbren al exigente escenario. Y una vez curtidos, pelear por las metas a las que nos hemos acostumbrado.
  Pero, por ahora, este Athletic de Ziganda está anclado en la variabilidad. Muestra dos caras bien diferenciadas. Como pasó el último año de Valverde el equipo que juega en San Mamés parece otro cuando le toca actuar de visitante. Para que resulte más verosímil lo de “este año sí”, por lo de ganar algo, Benito lo tiene claro: “si llegases a tener ese nivel de talento en la plantilla (como el primer año de Bielsa) como no vas a poder aspirar a eso.”  El runrún presente en el entorno del Athletic se acentuó tras la mala racha fuera de casa en el último año de Valverde. La eliminación europea a manos del APOEL la temporada pasada lo hizo subir algún decibelio. Ahora ha alcanzado su punto máximo tras los pinchazos ante Málaga, Leganés y Celta o los partidos ante Zorya y Östersunds en Suecia.   Hay posiciones, que aunque bien cubiertas, desde fuera se vislumbran mejorables. El lateral izquierdo, delantero centro y el doble pivote. Esta última demarcación es la que más cambios ha vivido en los veinte partidos disputados hasta la fecha. El técnico no da con la tecla en un mediocampo que no logra crear juego. Menos aún tras la lesión de Muniain. La sala de máquinas es un dolor de muelas para el Cuco. Más si cabe no contando con Mikel Merino. Según Benito “un fichaje estratégico no se podía escapar”.

La irrupción de Córdoba por izquierda hace que ya casi nadie se lamente por Berenguer, pero no contar con el ahora jugador del Newcastle es una faena viendo las dificultades para hilvanar en la zona ancha. Beñat no estaba siendo el metrónomo de antaño debido a una pubalgia de la que ha sido operado. Iturraspe, Vesga y San José se reparten la mayoría de minutos. Ante la falta de fluidez en el juego la pareja mejor dotada para la creación es la de Iturraspe junto a Vesga. Con la aportación incuestionable de San José en el juego aéreo y apagando fuegos por delante de los centrales.   Itu empezaba el curso como el tapado. El de Abadiño viene de pasar un par de temporadas con poca participación pero Ziganda confía en él. Se le ve con chispa y ganas de aportar. El que tenía que ser el escudero del imprescindible Beñat en el doble pivote se convierte ahora en el faro del equipo reviviendo sensaciones de cuando Bielsa estaba en el banquillo de San Mamés.  Se echa en falta un recambio específico para Aduriz. Se cuenta con Williams como 9 pero suenan los nombres de Jon Bautista y una hipotética vuelta de Fernando Llorente. Incluso el de Igor Angulo que se sale en Polonia. En el lateral izquierdo sigue cumpliendo Balenziaga y aspira a sumar minutos Enric Saborit. Andoni López asoma desde del filial con visos de ser el inquilino del carril del 3 para rato a la espera de ver que ocurre con Ganea. Viendo como está el mercado el periodista de Euskal Telebista ve fundamental “andar con mucho tino con los jugadores de entre 17 y 20 años”. Y si el mercado sénior se complica, traer a Lezama lo mejor para el Juvenil y el Bilbao Athletic. Futuras piezas para el primer equipo, léase Jesús Areso.
  Evidentemente por apellidarse Berenguer, Merino, Capa o Bautista estos jugadores no garantizan éxitos pero si que robustecen una plantilla con mimbres para seguir optando a disputar rondas nobles en los torneos de eliminatorias y dar el do de pecho en Liga. Por lo que respecta al ahora no nos engañemos. El objetivo real para Benito es “no pasar apuros en las ultimas jornadas”. Al cuerpo técnico le toca trabajar duro: consolidar a los jóvenes, ganar solidez defensiva y definir el estilo de juego para evitar abusar del juego directo.   El parón de selecciones permite reflexionar sobre una temporada que puede ser algo parecido a un curso puente. Para que los nuevos se asienten y otros den un paso al frente. Con tiempo de recuperar a Muniain, que Williams se vaya aclimatando a la posición de 9 y sacar la chequera del bolsillo de cara al ejercicio que viene.   Por ahora Ziganda no es capaz de trasladar esa alegría del filial al primer equipo. Una empresa más difícil si cabe tras la lesión del 10, que estaba siendo el mejor. La labor del técnico de Larraintzar es la de rejuvenecer la plantilla con lo mejor de Lezama y para eso parece el más indicado. El Athletic es un club de cantera y esa esencia no hay que perderla jamás. No se trata de gastar millonadas en el primer equipo sino de pescar fuera lo que no se encuentra en la cantera. El Athletic es un club único y como tal debe asumir de buen grado sus limitaciones. Pero eso no debe traducirse en una renuncia a la ambición.
Por Aitor Compañón, periodista

@compaitor

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