Desde pequeño me ha gustado el boxeo, las artes marciales y el cine. Recuerdo ver los viernes por la noche con mi padre el programa “Boxeo Izarrak” que emitía ETB1 allá por los 90. Veíamos peleas de grandes púgiles como Mike Tyson o el Príncipe Naseem Hamed. Por entonces practicaba judo e idolatraba a Bruce Lee.
Mi vínculo con Castro Urdiales se remonta a mi infancia. Siempre he veraneado en Castro, actualmente es el lugar donde resido y es mi segundo hogar. De hecho con treinta años conseguí coger la bandera de la cucaña del día de la “Marmita” lo que me otorga la condición de castreño de adopción.
Inmediatamente reconocí a Jon que estaba trabajando de camarero y decidí ejercer de fanboy. Me acerqué a él y le comenté que le admiraba y que me gustaba mucho cómo peleaba. También le pregunté a ver por qué no colgaban las coquillas en vez de los guantes para atraer a más gente por el efecto de las feromonas. El joven boxeador debió pensar que yo estaba un poco grillado. La verdad es que echamos unas risas y recuerdo que me invitó a un trago. Todo un detalle por su parte. Desde entonces fuimos coincidiendo en veladas de boxeo en Bilbao, Sestao o Barakaldo. Incluso nos encontramos en mayo de 2017 en el campeonato de España de Kick Boxing Tatami Sport celebrado en Benidorm, él acompañando a los niños del gimnasio Okinawa que competían y yo como competidor en la modalidad de light contact. Siempre me pareció un chaval encantador, sonriente y muy educado. Juan Luis González “Fatxi” había acertado de pleno al ponerle el apodo de 'The Good Boy'.
Además en la velada iba a pelear Kerman Lejarraga, actual campeón de España del peso Welter, lo que supondría todo un acontecimiento para Castro Urdiales. Pero también quería que fuese un documental “muy de Castro”, que se hablase de la historia de su boxeo y que se mostrara el pueblo en verano y sus fiestas. Asimismo, la banda sonora la compondrían los grupos castreños de los años 90 que más me gustaban. En seguida llamé a Unai Colina, propietario del club Okinawa y cutman de Jon. A Unai le conocía de practicar judo con él cuando éramos niños en el Club Gaspar de Bilbao. Le pregunté a ver qué le parecía que hiciese un documental sobre el debut profesional de Jon y le pareció una gran idea.
Esa mañana entrevistamos al propio Jon, a su entrenador Gabriel Ortega “Gaby” y a Unai Colina. Por la tarde Jon tenía sparring con Kerman Lejarraga en el bilbaíno Mampo Gym y nos fuimos a grabar ese entrenamiento y así aprovecharíamos para hacer más entrevistas. Primero entrevistamos a Txutxi del Valle, con Kerman hablaríamos después del sparring.
Recuerdo que Jon cabizbajo comentó “adiós al campeonato de España amateur, espero por lo menos poder pelear el día del debut”. La verdad es que me dio mucha pena ver al chaval decaído después de todo el trabajo y el sacrificio que estaba haciendo. Toda la ilusión que transmitió cuando le entrevistamos por la mañana se tornó en impotencia y rabia. Ese día no pudimos entrevistar a Kerman, la verdad es que no teníamos cuerpo para nada. Pasaron dos semanas y seguí grabando recursos de Castro en fiestas y aproveché para entrevistar al boxeador y luchador de K1 Brayan Smith, compañero y amigo de Jon. Unos días después acudí a la ceremonia del pesaje celebrada la víspera de la velada. Me acuerdo que cuando vi a Jon seguía con molestias en la mano derecha. De hecho cuando nos saludamos me dio la izquierda, signo evidente de que seguía tocado. Ese día pude entrevistar a Kerman.
Pudimos grabar en los vestuarios donde se percibían los nervios previos a la batalla. Cuando el speaker presentó a The Good Boy el público enloqueció. Nunca había visto nada igual en Castro, ni con la Marinera, ni con el fútbol sala, ni con la Pasión Viviente.
Bueno, quizá sea un poco exagerado pero es que además de ser castreño de adopción soy de Bilbao. Jon ganó su combate por KO técnico en el segundo asalto peleando prácticamente en todo momento solo con la mano izquierda. La pelea fue televisada en toda España y fue una magnífica carta de presentación de un boxeador que seguro va a dar muchas alegrías a los aficionados al noble arte.
Ahora intentaremos que la película se siga viendo y que participe en festivales. Como aficionado al boxeo me considero un auténtico privilegiado por haber realizado un documental sobre el salto al boxeo de pago de Jon Míguez, un buen chico al que admiro no solo como deportista sino también como persona. Escrito por Juan Dopico, director del documental “Jon The Good Boy Míguez”
Muy bonito el artículo Juan. La verdad es que prácticamente todos en Castro somos fans de Jon y deseamos que siga creciendo. Un saludo y enhorabuena de nuevo por el artículo.