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Veo un Athletic sin frenos

Alvaro Rubio

Que nadie piense que comienzo escribiendo con mala leche o ánimo de acritud. Permítanme la ironía. Los deseos que se coreaban y a su vez servían para animar algunas tardes el ambiente de San Mamés como si fuera un tango argentino se están empezando a cumplir unos cuantos fracasos y decepciones después. “A lo loco, a lo loco... tarará tarará...” ya está aquí. Estamos en ese momento. Viviendo a lo loco.

No hay perspectiva de futuro, el pasado más cercano es bastante feo: en liga casi casi en tierra de nadie, en Europa muy lejos del nivel de octavos de final, en Copa apeados por un Segunda B en el último aliento de partido, con un entrenador que seguro que no va a estar la próxima temporada, con un proceso electoral que se presume convulso asomando la nariz detrás de la esquina, con una plantilla que según Valverde la dejaba exprimida.
Con un mercado de fichajes que está como está, aunque esto es una limitación elegida y bendita elección, con una grada que se ha puesto un poco de perfil con el club; me refiero al número de espectadores que la media nos ofrece esta campaña, con un sector que parece tener un montón de cuentas por cobrarse con la directiva... la verdad es que si lo lees del tirón... te quedas sin aliento y deja a las claras que muchos se han quedado sin ilusión.
Me temo que otros cuantos sin ese sentimiento de identidad histórico que ha desmarcado al Athletic; eso es peor. Seríamos uno más. Me dejo sin teclear más de un desencuentro reciente, seguro, pero tampoco es plan.   ¿Esto no es vivir a lo loco? Y ahora... ¿Qué? Nos preguntamos muchos. Para buscar culpables la verdad es que el índice acusador suele moverse con bastante ligereza y soltura; lo estamos viviendo. No digo que se acuse con irresponsabilidad pero hay que mirarse un poco el ombligo. Me va más eso de buscar soluciones y la primera me parece que debe ser volver a aterrizar, volver a posar los pies en la tierra, saber quién, qué, cómo es el Athletic. Es un milagro lo que estamos teniendo la oportunidad de vivir.
Quizá sea el momento de asumir de nuevo que se ha cumplido una etapa, que se ha gastado un ciclo que quedará para la memoria de muchos y las estadísticas de todos. No pasa nada. Volvemos a empezar. Como siempre. Aquí hay experiencia.   No voy a ahondar en que el míster no ha conectado con nadie, tampoco hay que olvidar que muchos le esperaban con la patada lista antes de empezar pero no creo que sea el único problema que envuelve la atmósfera Athletic. Es obvio que él fútbol ha cambiado, se estila el talón, el cheque de muchos ceros, se ha olvidado la calderilla o el sentimiento pero me consuela seguir creyendo que aquí, en el Botxo, aún queda un reducto de lo de antes. El presidente al menos no se cansa de repetirlo.
Ahí es donde hay que hacerse fuerte, ahí es donde está el argumento para presumir ante el mundo, para fardar, ese debe ser el motor para seguir sumando años en el DNI rojiblanco: Para esto hay que asumir, y cuanto antes mejor y así para evitar sinsabores, con quién y de qué manera nos estamos jugando las habichuelas.   Si nos ponemos reduccionistas: esto es lo que hay. No pasa nada. Si queremos seguir siendo diferentes, grandes, únicos, importantes: paciencia. Tampoco pasa nada.
Por Alvaro Rubio, periodista de COPE Bilbao

@alvarocope

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