Ya se han consumido dos jornadas y aún no es tiempo para sacar conclusiones, pero es cierto que las primeras sensaciones del Athletic Club de Bilbao nos dejan una paleta de claros y oscuros, que han enfriado algunas expectativas.
No conviene olvidar que venimos de los infiernos, de coquetear clasificatoriamente con los puestos cercanos al descenso, y que cualquier soplo de aire fresco da la sensación de subidón y un punto de euforia.
Nuevo técnico, nuevos jugadores, incorporaciones del filial ilusionantes, propuestas futbolísticas que venden esperanzas, hacen que esta temporada se interprete como la de borrón y cuenta nueva, donde se quemen los viejos demonios.
Pero es necesario ser realistas a la hora de testar nuestras posibilidades y de calibrar a un equipo en reconstrucción. Tras los partidos ante el Leganés y Huesca, dos equipos de los llamados a priori a luchar por la permanencia, las sensaciones que nos quedan generan algunas dudas y también algún momento para ilusionarse.
El equipo de momento está muy verde y nos encontramos ante problemas coyunturales y lo que es peor, estructurales. Entre las carencias puntuales podemos incluir que al equipo le falta madurar los nuevos conceptos del 'Toto' Berizzo, que aún está por llegar su mejor estado de forma física, y despistes individuales en momentos concretos del juego.
La presión adelantada que quiere hacer Berizzo, fases de juego que nos han dejado buenas vibraciones, no son cuestiones menores. Le toca al técnico dan continuidad a lo bueno y eliminar las situaciones que lastran al equipo
Pero lo peor son las carencias que tienen un complicado pronóstico. El nivel técnico de la plantilla es muy mejorable, hay una indefinición entre el juego interior y el de bandas, falta un organizador de garantías, hay poca contundencia del centro del campo para evitar las autopistas hacia nuestra portería.
Dani García no puede barrer toda la media cancha, y lo que tiene peor pinta, falta gol entre nuestros delanteros, lo que nos deja un gran secarral tras un Aduriz que ya no va a ir a más y al que será preciso dosificar. El Athletic post Aritz no cuenta con un delantero que nos asegure una veintena de goles.
No todo ha sido negativo, la llegada de aire fresco con Nolaskoain, y Guruzeta, las incorporaciones de Dani y Yuri, la garantía de tener la portería en buenas manos con los que se han quedado tras la espantada de Kepa,...
La presión adelantada que quiere hacer Berizzo, fases de juego que nos han dejado buenas vibraciones, no son cuestiones menores. Le toca al técnico dan continuidad a lo bueno y eliminar las situaciones que lastran al equipo.
En definitiva, esta temporada no será un camino de rosas y los rojiblancos están obligados a revertir la situación. No olvidemos que los deportistas más fiables son aquellos que han conocido la derrota, el sufrimiento, la lucha, la pérdida, y han encontrado su forma de salir de las dificultades.
Es por eso que si los jugadores del Athletic aplican esta máxima, estaremos ante una temporada ilusionante. De no ser así, regresarán los viejos fantasmas.
Por Rafa Arberas, periodista de M80 Llodio. Community Manager y experto en deporte y comunicación.
Totalmente de acuerdo con Rafa, ahí estamos entre la ilusión y el mal rollo de la temporada pasada.
Camino de rosas para ganar la liga por supuesto. Para la Uefa tenemos buen equipo lo que pasa es que los demás también. Están creciendo y mucho Atletico, Sevilla, Villarreal,Valencia, Betis, y ojo al Celta, lleva años ganando muchos torneos de juveniles cadetes. Quedar por encima de estos complicado pero no imposible.