Cuando pienso en la nueva temporada del Bilbao Basket únicamente la puedo ver como ilusionante, sabiendo la necesidad que tiene la plantilla y el club de “saldar deudas”.
Los primeros, después de varios años de pocas alegrías deportivas, tienen la oportunidad de demostrar a la afición que nace un nuevo proyecto cargado de ilusión, trabajo y buenas expectativas en el que no hay que renunciar a nada.
Y por supuesto también desde el club, pendiente de una negociación para llevar a buen puerto un Concurso de Acreedores que es de vital importancia para la subsistencia del proyecto. No puedo olvidarme de los acreedores que, sin duda, van a ser los grandes perjudicados.
También me ilusiona que hayan vuelto a casa dos personas que nunca se debieron marchar, como Rafa Pueyo y Jorge Elorduy. Técnicos de la casa con ADN Bilbao Basket y que ya están demostrando su valía en estos primeros meses, con la confección de una plantilla competitiva y que nos ofrecerá buen juego y muchas victorias.
Sin duda ambos se unen a un Alex Mumbrú que después de haberlo sido todo como jugador acepta el reto de entrenar a un equipo de LEB Oro. ¿Locura del club? Tal vez no, ya que a pesar de ser su primera experiencia como entrenador ha sabido rodearse muy bien.
Por otro lado también es necesario hablar de Javi Salgado como alma mater del equipo, y que desde el principio está demostrando la pasión por el basket que lleva dentro.
Dirección, asistencias, tiro, liderazgo y soluciones en los momentos difíciles. Casi nada. Además, seguro que en cuanto no esté tan centrado en hacer de “pegamento” en el vestuario su juego aun irá a más.
Y de la plantilla sólo puedo decir que tengo la sensación que se ha hecho con criterio. Jugadores de calidad contrastada mezclada con jóvenes que tienen la necesidad de demostrar el talento que atesoran.
Intuyo que al tener una platilla al estilo ACB con bases, aleros y pívots claramente diferenciados, jugaremos bien contra los equipos punteros y nos costará más contra los equipos que jueguen “más desordenados”.
Sin olvidarnos de la defensa, apuesta por el juego ofensivo como seña de identidad. Tal vez nos parezca a veces que abusamos del triple, pero hay muchos jugadores en la plantilla especialistas en la distancia, y de esos que sin duda ven el aro “como una piscina”.
No puedo ponerle ningún pero ya que es difícil construirla mejor. Luego ya se verá, puesto que esto es deporte y a veces la pelota entra y otras no. No creo en la suerte pero sí en la mala suerte, y espero que las lesiones no se presenten.