Partidos grandes

Zorionak a los que han viajado a Madrid, a los futbolistas que han jugado. Así se puede perder, así se se puede sufrir juntos. Berizzo, puso fútbol en la alineación y Beñat batuta y pausa. Cómo se echa de menos a este futbolista en forma, cuanto le añora la pelota.

Sanjo quiere volver, Muni sabe en corto, Yuri ha estado hormigón, Balenziaga constante, Núñez grande, De Marcos y Susa generosos, amplios, Iñigo a destajo.

El equipo entendió el mensaje, el gesto , y cada vez que el partido lo necesitaba percutía sobre la mitad del campo colchonero, incluida por fin la portería.
Huecos y profundidad, delantero a banda ancha y gol, por fin!, para Williams.

De nuevo la orden era apretar con todo la salida de cada balón del contrario.
Hemos recibido tres goles y muchos jugadores vuelven con un notable del campo. Los cambios nos han quitado daño para el contrario, han dado aliento a Godin y dudas para Herrerín. No es fácil aguantar la presión del Atletico, del Wanda y de Simeone.

Lo más importante: queda claro que sí se puede

Tres equipos grandes: Barcelona, Real Madrid y Atlético y tres partidazos, de tu a tu, de historia a historia. ¿Cuál es el nivel real de la plantilla? ¿Jugando a fútbol con esta intensidad podemos tener 10 puntos? ¿Estamos todos a lo mismo ?

¿Cada semana el objetivo esta siendo el fútbol, la pelota, la salud de los futbolistas, la puesta a punto del partido?

Considero que hoy en día hay una diferencia importante entre el padre y el hijo, entre Athletic y Atlético. Un antes y un después con la llegada de este entrenador argentino, un tipo que devora cada uno de los minutos en juego  no deja nada en el césped, ni migas al contrario.

El Cholo inyectó a su llegada en las tensas arterias colchoneras una pócima, un veneno de competición que recorre coda estamento del equipo de Madrid.
En este Club impresiona y presiona hasta el segundo entrenador.

Para Simeone cada partido, cada entrenamiento, cada cambio de jugador, cada balón dividido, cada asiento ocupado de la grada se pone al servicio del conjunto, de la victoria, no se negocia la intensidad, no hay margen para dudar, cada minuto se vive como sino volviera a pasar, sin mirar el rival, siempre están las luces de la oficina encendidas.

En el Club de Bilbao algunos días parece que el partido es pequeño, nos cuesta jugar vestidos de albañil y fontanero. Ya no va más, no quedan partidos pequeños en unos meses, quizá en toda la temporada.

Y lo más importante: queda claro que sí se puede.

PD: También queda claro que no tocaba esta semana, seguramente tampoco esta temporada. Mientras rueda la pelota es mejor hablar de fútbol.

Por Aitor Elizegi, Cocinero y empresario
Blog: 'Licencia para aliñar'