Octavos con 53 puntos después de 13 victorias, 14 empates y 11 derrotas. 41 goles a favor y 45 en contra. Ni con previas, ni sin ellas. Lo más cerca que estará el Athletic Club de jugar en Europa la próxima temporada será en los amistosos de pretemporada que el equipo programe lejos de nuestras fronteras.
Los números son fríos pero deben llevar al calor de la reflexión. ¿Se ha cumplido el objetivo? Para saber si se ha cumplido o no habrá que convenir... ¿cuál era ese objetivo?
Si nos trasladamos al mes de junio cuando era presentado Berizzo, aunque públicamente nadie quiso hablar de Europa, el proyecto del argentino venía a regenerar una plantilla sobrecargada y a buscar a través de un 'fútbol vistoso' un salto de calidad que le acercara de nuevo a los puestos europeos.
Nada más lejos de la realidad. El proyecto Berizzo naufragó desde el comienzo en todos los sentidos y solo duró 14 jornadas. Ni resultados, ni propuesta firme, ni fútbol vistoso. El Athletic en una de las situaciones más comprometidas de su historia, con el equipo hundido en los puestos de descenso, tuvo que echar mano de un bombero, Gaizka Garitano, para apagar el fuego del amenazante descenso.
El técnico de Derio avisó que sería un camino largo el que debía recorrer el equipo para buscar la salvación. Todos nos mostrábamos convencidos de ello y nos agarrábamos al mismo como a un clavo ardiendo. Sin embargo, con economía de guerra, Garitano y su equipo dieron la vuelta a la situación con una inusual e insospechada celeridad. El objetivo principal de lograr la permanencia, que nunca se habría puesto de salida en la temporada, se cumplió.
El Athletic comenzó a sumar muchos puntos, de tres en tres la mayoría, apenas perdía partidos y no solo dejó los puestos de descenso atrás sino que se acercaba con brío a los europeos. Tanto es así que los más optimistas, nunca en el discurso oficial del vestuario, miraban no solo a Europa sino a la Champions League.
Las matemáticas eran así de caprichosas. Entonces el equipo falló en encuentros claves fuera de casa como Anoeta, Mestalla o el Coliseum. Eso era ya para matrícula de honor. En cualquier caso, errores como el de Valladolid pudieron ser más graves para no haber cerrado la temporada en puestos europeos.
Sea como fuere, el equipo ha llegado con opciones y dependiendo de sí mismo a la última jornada para entrar directamente en Europa. Entonces llegó el Sánchez Pizjuán y los rojiblancos se pegaron un tiro en el pie.
Como toda circunferencia perfecta el punto de salida y el de llegada convergen. El objetivo de junio y el de mayo, 11 meses después, eran el mismo, Europa. Eso sí entre medias había quedado uno muchísimo más importante ya zanjado, pero que durante meses nos tuvo claramente preocupados. ¿Objetivo cumplido? Juzguen ustedes mismos.
Ahora toca plantear de nuevo objetivos en todos los estamentos del club. En lo económico, la junta directiva tendrá que hacer frente a una nueva temporada sin jugar en Europa, segunda consecutiva, que generará déficit por el alto coste salarial de la plantilla.
Por otra parte, la dirección deportiva tiene ante sí el reto de mejorar esa plantilla y sobre todo regenerarla en los siempre complicados cambios de ciclo. Y el cuerpo técnico tendrá que arrancar de cero con nuevos objetivos que exigirán club y afición.
¿Valdrá la economía de guerra utilizada en tiempos de trinchera para un curso que arranque con bandera blanca?
Muchas preguntas y nuevas reflexiones que dejaremos para otra ocasión si tienen a bien los amigos de ElDesmarque Bizkaia.
Por Gorka Acitores, periodista deportivo de Onda Cero Bilbao.