Pena máxima

El icónico atacante del Athletic Club Aritz Aduriz debería consultar a su psicólogo sobre lo que para muchos es una temporada en la que se va a marcar un "Ortega Cano", despidiéndose por las diferentes plazas futboleras.

Eso tiene que ser agotador, cansino y muy pesado para un jugador que ha vaciado su cargador allá donde ha jugado. Le trataron tan bien el viernes en Son Moix, la cueva del gato en mallorquín, que el Zorro tiró un penalti atípico.

Un penalti al que no nos tiene acostumbrados un jugador racial que suele disparar a matar o a torturar porteros con su astucia. No en vano es un SEAL con mas misiones que Tom Cruise.

Es ventajista criticar al que falla porque alguien debe coger la pelota y ponerse a once metros, por lo que no se me ocurre criticar al chutador, pero mi pregunta es la siguiente: ¿En ese estado de secundario de lujo nominado al Oscar, no debería coger los galones de lanzador un jugador de campo que juegue todo el partido y esté mas enchufado?

No le estamos pidiendo demasiado a nuestro emblemático goleador, que ha marcado lo que no está en los libros, como para exigirle además la responsabilidad de cerrar los encuentros. Ese penalti exigía un rescate emocional para Aritz. Requería, en mi modesta opinión, de otro francotirador que hubiese destrozado la portería.

Por Patxi Herranz, periodista de Radio Popular y El Correo.