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Bilbo Fútbol Sala, vapuleadas y con un futuro negro como el carbón

El Bilbo Fútbol Sala está sufriendo en la máxima categoría.
Ernesto Díaz

Escribo estas líneas tras asistir al 4-6, y gracias, endosado al Bilbo FS por el Poio Pescamar. El equipo bilbaíno navega por la Primera División con tres puntos –los conseguidos en su única y mínima victoria (4-3 sobre el Esplugues de Llobregat)- en un total de siete jornadas. Y es que son vapuleadas jornada tras jornada. A la vista del juego desplegado y de su capacidad goleadora, sinceramente, me extrañaría cantidad que consiguiera más de cuatro victorias, quizá 15 puntos, al final del campeonato.

¿Derrotista?¿Agorero? Llanamente, realista. El equipo ofrece una imagen apagada en lo físico –juega a bastantes menos revoluciones que el resto de conjuntos-, desconcertante en lo táctico y con un torrente de pérdidas del balón en una especialidad del fútbol cuyas primeras señas de identidad son el juego de tiralíneas y la posesión del balón. Se trata de un equipo con bastante edad y kilos de más en alguna futbolista.

Por si fuera poco, no podrá contar durante toda la temporada con Garbiñe –pieza importante- a causa de una grave lesión que le ha llevado hasta el quirófano, y algunas otras han salido de prolongadas bajas o renquean –Diana- con antiguas lesiones.

El periodista Ernesto Díaz fue homenajeado por el Bilbo FS esta pasada campaña.

Al Bilbo le ví en casi todos sus partidos de la Segunda División jugando como local. Su autoridad en la pista y su puntería le condujeron a jugar y ganar el ascenso a la máxima liga con merecimientos infinitos. Fue el mejor equipo de España de la división de plata por sus números (victorias a porrillo, el mejor cierre y el líder como goleador). Impecable su temporada.

Y empezó a jugar en Primera con el quizá más pequeño de los presupuestos al punto de no cubrir el 65 por ciento de lo necesario y con una plantilla apenas renovada, solo dos porteras en la lista de fichajes. Como en la planificación federativa al final de esta campaña descienden cuatro equipos y la Primera División es otra cosa, pues hay equipos con mucha calidad, desde el pitido arbitral del primer partido de la liga ya se podía suponer que, así las cosas, lo del Bilbo sería coger el ascensor para subir e, inmediatamente, bajar.

El Bilbo FS había logrado el ascenso en una brillante temporada de récords (Foto: Bilbo Fútbol Sala).

Salvo milagro o salvo que un patrocinador potente aparezca para realizar algunos fichajes o salvo que las instituciones se tomen en serio lo del fútbol femenino, porque lo del Athletic Club está muy bien, pero lo del Bilbo muy mal. El querido periodista Asís Martín lo tiene tan claro como yo. “Está más abandonado que el Titanic”.

Las instituciones no tienen por qué ser flotadores salvadores de clubes ni de equipos, pero aquí, en Bizkaia, se dejan ahogar muchas ilusiones y eso no es tolerable. Cuando se habla de la mujer y el deporte, hay instituciones que se ponen de perfil. No se dan por enteradas, tal cual es el caso del Bilbo FS, con un entrenador como la copa de un pino, José Andrés Muñoz, y un grupo de jugadoras – Bizkaia es una mina agotada, no hay relevo- todo entusiasmo y pundonor, sacrificadas como pocas, generosas en el esfuerzo, que cabalgan como pueden en un campeonato muy exigente ante la indiferencia de muchos colectivos. Y el Bilbo FS representa a Bilbao, Bizkaia y Euskadi.

Por Ernesto Díaz, 55 años en el periodismo deportivo de Bizkaia

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