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Cuestión de confianza

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Ha pasado ya más de una semana desde que el Real Valladolid perdiera dos puntos ante el Sevilla FC, pero la herida del empate ante los de Julen Lopetegui sigue abierta. El cómo y el cuándo se produjo la igualada han generado un dolor elevado en los pucelanos que aún no han dejado atrás.

La sensación de haber perdido dos puntos sigue muy presente en el mundo blanquivioleta y lo está porque el déficit de puntos y victorias es muy elevado. El gol de Yassine Bono va a colear en la temporada de los de Sergio González. Va a marcar muchos análisis que, muy posiblemente, dejen a un lado el verdadero culpable de la acción.

La pérdida de esos dos puntos tienen, para mí, una explicación muy similar a por qué el Real Valladolid vio volar la victoria en el Estadio Abanca-Balaídos semanas antes. La acción de Jeison Murillo y la de Bono tienen un aspecto futbolístico común: la falta de confianza. Creo, firmemente, que el tanto del RC Celta de Vigo llega por una ausencia de seguridad y convencimiento alta del equipo en el balón parado.

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Ejemplificado en la figura de Roberto Jiménez, que no ataca esa acción como debería, el central colombiano se topó con la opción de un gol. El Pucela regaló esa oportunidad, como hizo ante el Sevilla. La falta de confianza del equipo en aspectos muy concretos del juego se traslada en falta de contundencia y ausencia de regularidad. Éstas son las carencias de un equipo que, pese a haber disputado ya 28 jornadas, sigue dejando la misma sensación del principio de temporada.

Sin evolución ni mejoras

Cuando los equipos están sin hacer y necesitan un tiempo de competición, muestran síntomas de debilidad y de que sus errores cuestan muchos puntos. Si bien es cierto que no obtienen mucho rédito de los errores del rival, los suyos sí que generan muchos problemas. Esa justificación es válida para un equipo en la fase inicial de la temporada. Sólo en ella.

En ese momento se ve la botella medio llena, pero, ahora, con más jugado que por disputar, las carencias de confianza y las debilidades de juego señalan a la evolución del equipo y al idóneo trabajo de un grupo que sin confianza, regularidad ni contundencia ha dejado escapar dos victorias en dos momentos cruciales y con situaciones similares. En tiempo y forma.

Shon Weissman felicita a Fabián Orellana tras su gol al Sevilla FC (Foto: Real Valladolid).

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  1. Aspios

    Hay equipos que se han venido totalmente abajo como el Eibar, problemas entre los jugadores como el Alaves, nosotros no, seguimos siendo un grupo unido, con un gran agujero negro que es el entrenador, los jugadores no creen en su tactica, se ha visto en Weissman, en Roque Mesa y se ve en la defensa y porteria, y asi seguimos dia a dia, no sabiendo defender sino por acumulación, pero ni se defiende al jugador contrario, ni se hace por zonas (los huecos del punto de penalty y ambos palos) y este es el resultado, goles en el ultimo minuto y momentos finales (donde solo se gana si vamos perdiendo y nos lanzamos al ataque)