La última bala de Peter Lim y la peluquería con la foto de David Villa en Irak
Lo que ha sucedido en casa de Peter Lim estos días es algo más que una reunión de trabajo o una presentación ante el jefe de Mateo Alemany, el nuevo empleado de turno. Lo que está sucediendo en Singapur deber ser un punto de inflexión en la historia reciente del Valencia CF. Si el proceso de venta ha llegado un punto que la vuelta atrás es casi imposible -porque no veo a nadie con 200 kilos para quedarse el Valencia-; las decisiones, las 'cagadas' de Peter Lim, tampoco tienen demasiada vuelta atrás. Mateo Alemany y la consiguiente reestructuración de la entidad era algo necesario y es positivo que se produzca, pero para mi es un punto de no retorno. Con el mallorquín, Peter Lim dispara la última bala que le queda en la recámara, al menos para un servidor.
Es cansino escribir cada semana casi de lo mismo. Es frustrante ver cómo quien tiene que cambiar la realidad que no nos gusta, y que no es otro que Peter Lim y su personal de Meriton, transmiten esa sensación hierática de que no les afecta casi nada de lo que pasa en Valencia. Y escribo sensación porque cuando los conoces un poco, sí que te dicen que les preocupa lo que sucede con el Valencia y a veces incluso lo reflejan en su rostro.
Estamos fastidiados, créanselo
Sin embargo, no es suficiente. De verdad estamos fastidiados, créannos. Estamos muy desencantados por cómo llevan el club deportivamente, por las veces que se han equivocado a la hora de confeccionar el organigrama directivo y porque esto no es lo que nos prometieron ustedes o Amadeo Salvo y Aurelio Martínez en nombre de ustedes.
Sin embargo, soy un tipo optimista por naturaleza, incapaz de dejarse dominar por el desánimo o la desesperanza y creo (o quiero creer) que hay un firme propósito de enmienda con el fichaje de Mateo Alemany... La segunda parte será saber qué margen de autonomía le dejan en el nuevo organigrama. No vale contratar a un buen profesional -del mallorquín todos hablan maravillas- y no dejarle funcionar y desempeñar su labor.
Que sea un punto de inflexión no significa que sea la única decisión que hay que adoptar. Es sólo el primer paso de muchos que deben darse para reflotar una nave a la deriva y que amenaza con venirse a pique económicamente como las próximas decisiones no sean acertadas. Otra mala gestión de plantilla, otro año perdiendo dinero a espuertas, y el Valencia podría entrar en un estado comatoso que será tan irreversible como que el club cambie de manos o de rumbo si Lim y Bankia no quieren. Asumámoslo y empecemos a construir, reflexionar, conspirar o vivir desde ese punto: el Valencia seguirá siendo de Peter Lim y tendrá a Bankia como al gran acreedor del club mientras quieran. Ellos por tanto, son los responsables de sacar a la entidad de este atolladero en el que está metida.
Y cuando peor estaba de ánimo asumiendo el presente y el pasado reciente del Valencia, navegando por el Facebook me encontré con una chulada que me subió el ánimo: Un valencianista, probablemente ajeno a nuestras guerras intestinas, ha abierto en Irak una peluquería con la foto de Villa, la bandera de la Comunidad y el escudo del Valencia CF.
El pie de foto no tiene desperdicio y, al menos a mi, me permite seguir creyendo en que el valencianismo sigue vivo, quizá aletargado, pero vivo. No todo está perdido. Eso sí, en el aspecto de la confianza depositada en los actuales dirigentes, me mantengo: Peter Lim ha gastado la última bala que tenía en la recámara. Espero que la use bien. Feliz semana.
David Torres
Delegado de ElDesmarque Valencia