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Marcelino y sus chicos se lo han creído

David Torres

Hay euforia en el equipo y en el entorno. Se detecta en la afición, en los bares y en las redes sociales. La gente -aunque a los incrédulos nos cueste creerlo- ha vuelto a ilusionarse. Ven en Marcelino al nuevo líder que le faltaba al valencianismo y encuentran en las palabras de Mateo Alemany el aliento necesario para seguir, renovarse el pase, para volver a creer.

Quizá sea políticamente incorrecto ser optimista con los dos años que nos ha dado este equipo, pero el otro día cuando 'guasapeaba' con gente del Valencia para saber cómo iba la cosa por el club, por Evian y por Singapur -dónde este lunes se analiza el pasado, se evalúa el presente y se decide el futuro de la entidad- sólo me encontré buenas noticias, buen rollo e ilusión. Se lo juro. Marcelino y sus chicos se lo han creído. Creen que pueden, creen que este es el año de devolver al Valencia el orgullo perdido. Y, como cuesta lo mismo ilusionarse que no, pues yo apuesto por creer, por ilusionarme, por pensar que, tras todos los palos recibidos, el club ha aprendido la lección.

El Valencia de Peter Lim

Y es que yo al Valencia de Peter Lim lo veo como un club que es como un niño pequeño, que a base de caerse y pegarse palos va aprendiendo, lentamente, pero va aprendiendo. Hemos visto de todo, entrenadores raros, técnicos que no lo eran, directores deportivos advenedizos, otros que aspiraban a ser los amos del club de Lim; hemos tenido una presidenta que de fútbol (y de sus mecanismos) no tenía ni idea, pero creo que ahora han dado con el quid. A Anil Murthy lo veo con capacidad para empatizar y comprender que esta empresa no es como cualquier otra, aunque todavía falta por saber por qué derroteros lleva el nuevo proyecto. Por ejemplo, a mi lo de Lubo Penev al Mestalla me deja un poco descolocado.
A Mateo Alemany lo veo sobrado para el mundo en el que se mueve; tener al mallorquín en las operaciones es un seguro de vida; implica saber que al Valencia no le van a tomar el pelo, o se lo van a tomar poco. El director general tiene más tablas que la Piquer. Colocar a Santos y limpiarle el vestuario a Marcelino (Alves, Enzo etc..) tiene, digan lo que digan, su mérito. 
Y a Alesanco y Vicente les veo en su papel, discretos, pero trabajando. Confío en que tengan en cuenta todo lo que han hecho durante el año y no llegue ahora el club y se deje caer en brazos de cualquier agente que pueda ponerse las botas. Con Jorge Mendes tuvimos suficiente. Así que, no sé si es porque me voy de vacaciones o porque es verano, o porque soy feliz en el XXIV Trofeo Ciudad de Valencia de Fútbol Playa, pero me he levantado optimista. Marcelino y sus chicos se lo han creído y me han contagiado. A ver lo que nos dura. Feliz semana.
David Torres
Delegado ElDesmarque Valencia      

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