El sueño que se tornó pesadilla para el Valencia CF cumple diez años

Después de ilusionarme durante la tarde del domingo viendo brotes verdes en el Valencia de Marcelino y su victoria ante el Bournemouth, toca despertar y centrarse en la realidad. Una, la de club, que pasa por un doloroso aniversario. Y es que, el Nuevo Estadio del Valencia CF, ese que fue el orgullo de una afición, el anhelo de una ciudad, la imagen de una época y que ahora es la vergüenza más grande -por tamaño al menos- del Cap i Casal cumple este martes una década desde que comenzó su construcción, aunque los últimos ocho esté parado. Uno, que lo mamó desde sus inicios, se siente tan defraudado como engañado por ver en qué se ha convertido el proyecto. Excusas hay miles: la crisis, el cambio de propiedad, el cambio político, la multa de Bruselas... Lo que quieran, ¿pero se imaginan una obra de esa envergadura parada en.. Madrid o Barcelona? por decir algo... ¿A que no? Pues eso.

Asistí ilusionado al concurso de maquetas, a la grandilocuente presentación de Juan Soler, al papelón de Soriano y Miguel Zorío anunciando ¡¡¡En una junta de Accionistas!!! que estaba vendido Mestalla y que había dinero para acabarlo... y, por supuesto, he presenciado como se paró. Tuve la oportunidad de acudir a una visita guiada a las obras y, lo reconozco, me volví a ilusionar pensando en que, con la llegada de Peter Lim el Nuevo Estadio finalmente se convertiría en eso, el Nuevo Mestalla. Nada más lejos de la realidad. Entono el mea culpa si les engañé -contra mi voluntad- algún día transmitiendo una realidad que, salta a la vista, no se ha cumplido 
Me considero un tipo comprensivo y procuro ser ecuánime. Sin embargo, que no estuviera acabado para el Centenario de la entidad fue un palo que, no por esperado, deja de ser fuerte, doloroso, decepcionante. No olvidaré a Layhoon anunciándolo en la pasada junta. Confiaba que Meriton, aprovechándose de sus contactos internacionales sacaría adelante el asunto. Cero patatero.  

¿Culpables? Todos

Y está claro que el Valencia y los actuales gestores son culpables, pero igual como lo fueron los anteriores. Y los políticos, pues claro, ellos también, los de antes y los de ahora. Por desgracia en este país sabemos que, cuando hay 'voluntad política' todo sale.
El penúltimo clavo del ataud de hormigón que supone hoy en día el Nuevo Mestalla lo puso Layhoon Chan cuando, hace ahora nueve meses, aseguró que no estaría acabado en el centenario y que en nueve meses estaría el nuevo diseño. La enésima mentira, pues el plazo expira esta semana y el Valencia no tiene previsto anunciar nada.

¿Cómo está el asunto a día de hoy?

A día de hoy Meriton al menos ha aprendido la lección: mejor callar que mentir o mejor guardar silencio antes que anunciar nada que no vas a cumplir (aunque sea contra tu voluntad, algo que traicionó muchas veces a Layhoon). Anil ha sido más listo aunque el resultado sea el mismo. Por eso, y aunque el club ha encargado el rediseño del nuevo estadio -para hacerlo más futbolero, más atronador y más barato- y ha mandado hacer un estudio de mercado de Mestalla, no hay plazo para acabarlo. Cuando el mercado suba y se pueda vender entonces se planteará construir el nuevo estadio. Antes, naranjas de la china. Eso es lo que hay, nos guste a los aficionados, a los periodistas o al Ayuntamiento, que espera en septiembre al presidente.  Feliz semana.    
David Torres
Delegado ElDesmarque Valencia
PD: No puedo acabar esta semana si mandar un fuerte abrazo a Pedro Cortés y su familia en estos dolorosos momentos por la pérdida de su hijo.