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¿Tan mala es la afición del Valencia?

David Torres

Cualquier generalización acarrea injusticias, pero considerar a la afición del Valencia como una mala afición, además de incierto es una canallada. ¿Que somos exigentes? ¿que somos impacientes? ¿que nos conformamos con poco? ¿que parecemos siempre los eternos insatisfechos y que somos capaces de mostrar nuestro cabreo en Mestalla cuando lo que ofrece el club o el equipo no nos gusta? Pues sí, es cierto, pero eso no tiene que ser malo digo yo.

Me hacía a mi mismo esta reflexión al hilo no sólo del recibimiento que le brindaron los seguidores al equipo en la presentación; sino al nivel de inquietud generado todo el verano porque los fichajes (como los ansiados Murillo o Kondogbia) no llegan o, mejor dicho se están haciendo esperar. Me hizo pensar un madridista, Adrián, buen chaval, que a pesar de su juventud -20 años- piensa que en Valencia no los tragamos por la forma en fichar a Mijatovic, incapaces ellos -los merengues- de darse cuenta que aquello fue sólo un acto más de la soberbia con la que funcionan y que tantas animadversiones les genera en casi toda España.

¿Quién es la afición?

Bueno, el caso, es que me puse a pensar si los aficionados del Valencia son o somos tan malos como se nos califica. El primer punto del análisis era acotar quién es la afición del Valencia. En ese colectivo están/estamos todos los que profesamos cierto amor o cariño en mayor o menor medida hacia el club. Ni los que estamos en twitter nos podemos considerar los poseedores de la verdad; ni los que vamos al campo podemos dar o quitar galones de valencianista a nadie; como tampoco pueden los que más gritan dar lecciones a la mayoría silenciosa y respetuosa que forma ese colectivo.

¿Qué hacemos bien o mal para que nos califiquen?

Superada esta fase me puse a pensar en qué actos nos echan en cara otras aficiones: Somos exigentes, pitamos al equipo, excesivamente críticos e inconformistas, nos creemos a veces mejores incluso de lo que somos, siempre estamos criticando... Y eso, por muchas vueltas que le doy, creo que intrínsecamente no es malo. Cierto es que, en parte, nuestros críticos tienen algo de razón. A veces creo que nos pasamos de excesivamente insatisfechos y que nos falta paciencia en algunos temas. Quizá muchos se dejan llevar por las voces de algunos pocos para caldear el ambiente. Pero, también es normal. El Valencia viene de dos años pésimos y la gente está más quemada que la pipa de un indio. Aún así, el recibimiento al equipo en la presentación fue, como siempre, emotivo y generoso, muestra de que esta afición además de crítica es magnánima y lleva a los suyos en volandas cuando éstos les ofrecen una mínima excusa.

¿Deberíamos cambiar algo?

Ante esta exposición de hechos no veo nada que debiéramos modificar radicalmente en nuestro carácter que no sea armarnos de paciencia y esperar a ver si llegan los cuatro fichajes o más que prometió Mateo Alemany minutos antes de que el equipo se estrenara en Mestalla el día de la presentación. El 31 de agosto es una buena fecha para empezar a ponernos nerviosos o para arrellanarnos en el sillón y disfrutar de la temporada que tenemos por delante. ¿Y si otros de fuera nos quieren criticar? Pues eso, "Ladran luego cabalgamos amigo Sancho"
A título personal, aunque lo escribo con cierto miedo por los acontecimientos que hemos vivido en el pasado, estoy ilusionado con la campaña que viene. Detecto otro ánimo en el ambiente. No sé si es la mano de Marcelino, que ya se nota en el vestuario; o la de Alemany y Murthy en los despachos... El caso es que me parece que soplan vientos de cambio en el Valencia. Ojalá no me equivoque. Feliz semana.
David Torres
Delegado ElDesmarque Valencia   
 

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