El descubrimiento de la histórica bandera del Valencia CF recuperada por parte de la Asociación de Futbolistas del Valencia CF me generó un terremoto interno de emociones difícil de describir. Justo en ese momento en que Giner y Camarasa (re) descubrían para el mundo el Santo Grial del valencianismo (qué bien estuvo Josep A. Bosch con esa definición) se paró el tiempo. Daba igual que Mateo Alemany entrara y saliera del salón nervioso colgado del móvil o que todos estuviéramos ansiosos por saber si Gonçalo Guedes y Andreas Pereira ficharan. El centro del mundo -al menos en clave valencianista- estaba ahí, entre dos placas de metacrilato y rodeado de 140 jugadores de todas las épocas que hicieron felices a miles y miles de valencianistas.
Imagínense el momento y después el vídeo que acompaña esta columna retumbando en el salón de los preciosos Jardines de La Cartuja. Hay que ser muy fuerte para que no se te cayeran las lágrimas. Yo a vi muchos cómo se les humedecía la mirada. Ahora la pelota está en el tejado del Valencia. Ahora toca cuidarla, honrarla y darle el papel de porta estandartes a los miembros de la Asociación como recompensa a su descubrimiento.
Y, quizá he exagerado cuando he dicho que el resto importaba poco, pero la verdad es que ese descubrimiento supera el aquí, el ahora. Está por encima de Marcelino, de Guedes, de Murthy, de todos... Aunque para darle color y sentido a esa insignia, para honrar esa bandera, debe ser la actual dirigencia, la plantilla y el cuerpo técnico los que, con su sudor, contribuyan a seguir agrandando el nombre del club.
Y, ahí, la verdad, es que la cosa tiene buena pinta. La temporada tiene pinta a muchos partidos trabados y con pocos goles, a veces incluso estoy seguro que nos aburriremos con algunos 1-0, pero también estoy convencido de que con este bloque recordaremos el dulce sabor de la victoria. He oído algunas veces decir a Marcelino que uno de sus referentes es Benítez, pues como emule aunque sea de lejos al técnico de Parla, se viene un año grande.
He de decir que, como en los años de Benítez, a priori me da la sensación de que la plantilla está algo justa. Escrito está que faltaba un delantero,, pero no es menos cierto que con un entrenador como es Marcelino (y era Benítez), cualquier patito feo puede llegar a convertirse en cisne. Ahora toca sentarse a esperar y confío que a disfrutar. ¿Y qué mejor hacerlo que a la sombra de la renacida bandera del Valencia CF, la que observaron nuestros padres, la que tenemos que legar a nuestros hijos? Gracias Fernando, gracias Asociación de Futbolistas. Feliz semana.
David Torres
Delegado de ElDesmarque Valencia