En este domingo de reflexión pre-fiestas navideñas, en el que casi todos nos decimos aquello de que por lo menos tenemos salud a falta de premios en el Sorteo de la Lotería de Navidad, pensaba cuál era el premio gordo para el Valencia CF en este 2019. Candidatos a bote pronto había tres: Ganar la Copa, clasificarse para la Champions y llegar a octavos y haber llegado a un acuerdo para -aparentemente- vender Mestalla y trasladarse al nuevo estadio.
Aterido de frío en Valladolid -Zorrilla demostró una vez más porqué le llaman el estadio de la pulmonía- lo sencillo era centrarse en el aquí y ahora, en lo pasional y pensar que la Copa del Rey en Sevilla era el premio especial. Y lo es, ganar un título cada once años habla de lo complicado que es 'tocar metal' en el fútbol actual. Dicho esto, sin embargo, el Valencia CF, por fortuna, tiene muchos títulos tan importantes o más que este. Es un premio importante, pero no el más, y mira que aquel 25 de mayo fuimos tan felices....
El siguiente de la lista era repetir clasificación para Champions y haberse clasificado para octavos como primero de grupo tras haber derrotado con solvencia a domicilio al Chelsea y al Ajax.
Por dinero, no hay debate, es el premio gordo del año. El club lleva ingresados más de 52 millones por ese concepto y se codea, siete años después, con la élite del Viejo Continente. La ventaja de este premio, además, es que aún puede ser muy gordo, gordísimo si me apuran. Eliminar al Atalanta y llegar a cuartos lo veo factible... A partir de ahí... a soñar.
Sin embargo, por más vueltas que le daba, y quizá porque uno se hace mayor, creo que el acuerdo para vender las parcelas de Mestalla -si finalmente llega a buen puerto- es el verdadero premio gordo de Navidad para el Valencia CF. Los que llevamos muchos años en este, los que nos hemos tragado una década de obras paradas, de promesas incumplidas y de presidentes que se estrellan contra el hormigón de la Avenida de las Cortes, vemos este acuerdo con ADU Mediterráneo con excepticismo pero con una dosis de ilusión renovada. No es que que quiera que derriben Mestalla, es más, sé que lloraré el día que suceda, pero sé que la viabilidad real del club pasa por ahí, por vender el estadio, por saldar la deuda y trasladarse al Nuevo Estadio para incrementar su partida de ingresos por otros conceptos. Ganar pasta por la Champions y por la tele está bien, pero para dar el salto, el club necesita más. Es el mundo del fútbol en el que nos movemos. Por eso, y aunque probablemente sea de los tres momentos en el que menos felicidad sentí, me quedo con este paso como el premio gordo de Navidad para el Valencia.
Fuera de concurso queda la afición, los abrazos de los goles, pero hoy 22 de diciembre, hablamos de premios crematísticos. La salud, el amor y la amistad son deseos que tengo para todos todos los días del año y esta semana, que es Navidad, pues con más motivo aún. Dicho esto, Feliz Navidad y felices fiestas.
David Torres
Delegado de ElDesmarque en Valencia