Ha pasado poco una semana de entrenamientos y, aunque me he hecho la firme promesa de que el resultado ante el Villarreal CF no iba a influir en mi decisión, lo cierto es que ese regusto dulce que deja la remontada en el primer partido de pretemporada hace que el análisis sea algo más complaciente. Obviamos dos goles en contra en dos despistes, y que el Villarreal cuando apretó puso al Valencia CF en apuros. Dicho esto, la pregunta que uno se hace es si la sóla presencia de un hombre, en este caso Bordalás, puede cambiar tanto la imagen que el club transmite interior y exteriormente.
Parece que bajo el manto del nuevo centurión valencianista no sólo cambian las críticas y los análisis, sino también los hechos. Sirva como ejemplo la llegada de Omar Alderete a las primeras de cambio. ¿Habrá cambiado Meriton? ¿Si lo ha hecho es tanto como para que volvamos a pensar que a medio plazo se pueden repetir éxitos como los vividos con Marcelino?
Son preguntas que el tiempo responderá por mí y por ustedes, queridos lectores, y que en ElDesmarque Valencia iremos relatando. La prueba del algodón, tras romper dos años sin fichajes es la llegada del mediocentro, un espacio vacío desde que dejaron irse libre a Dani Parejo. Será una buena piedra de toque para saber realmente de lo que estamos hablando.
Nunca olvido que esto es, además de venta, acciones, economía y demás deseos, fútbol y ahí lo que manda es la ilusión por los fichajes, por los nombres, por los proyectos, por las victorias y, es innegable, que si algo ilusiona de nuevo a parte del valencianismo es la irrupción de Bordalás en nuestras vidas. Muchos, lo leía el otro día, se definen como soldados de Bordalás. Y. ¿qué quieren que les diga? Me hace gracia la expresión.
Y es que, a la afición le encanta que Bordalás se muestre inflexible, además de apretando a sus jugadores, haciendo lo propio con el club y recordando la necesidad de fichajes. Un seis, cuando haya dinero, un mediocentro físico, será lo próximo que debería caer. Ahí está, de nuevo, en total consonancia con una afición que tiene en Bordalás a su nuevo general romano.
Sin embargo, dónde no juega, es en los despachos dónde se decide qué pasará con la ATE. A tenor de las últimas palabras, dudo mucho que al Valencia CF se la prorroguen si no se saca de la manga otro gesto como el polideportivo de Benicalap y su diseño. Más bien el debate está entre caducidad o anulación o no. Ahí creo que debe imperar la sangre fría. No es lo mismo multar al club (2.3 millones por el incumplimiento de la primera fase de la ATE) y entre 10 ó 12 por la segunda, que tumbarla cuando está en vigor hasta 2025. Eso sí, Rafa Climent, conseller de Economía, da la clave para seguir adelante: avales y gestos. Pues ya saben lo que les toca a Peter Lim y a Anil Murthy. Feliz semana a todos, soldados de Bordalás incluidos.
David Torres
Delegado de ElDesmarque en Valencia