Mientras comienza a levantarse el polvo del mercado de verano que, aún no ha recibido el disparo de salida pero ya tiene a Giorgi Mamardashvili, Yunus Musah, Vicente Guaita y Carmelo del Pozo como nombres propios, esta semana se ha empezado a escenificar en nuestra ciudad el cambio político. Antes y después de tomar posesión como alcaldesa, María José Catalá, ha venido a decir que para abordar el asunto del Valencia se reunirá en los primeros cien días de gobierno con todos los grupos para hacer frente común. Ha puntualizado además que la “perversa” ley del deporte no se lleva nada bien con eso de meterle mano a la sociedad, accionarialmente hablando. Sin embargo, la nueva espada de Damocles del caso no es la propiedad, que también, lo que verdaderamente acucia es la candidatura para el Mundial 2030. Antes de octubre (quedan 100 días aproximadamente) Valencia, no el Valencia CF, no el Ayuntamiento, sino Valencia ciudad, con la Generalitat a la cabeza y la Federación valenciana, (y si, también el club, por supuesto), deben garantizar que el estadio estará acabado en 2029 si queremos ser sede del Mundial. Para ello, el único documento válido es tener firmado el convenio que regula la finalización de las obras del campo y el derribo de Mestalla, así como las ventajas y obligaciones urbanísticas que eso conlleva. Sé que la ciudad tiene otros asuntos urgentes por resolver, pero veo un problema de fechas evidente. Trabajo tiene por delante José Marí, el hombre designado para desbloquear el asunto. De momento, sus técnicos -que son casi los mismos que estaban en el antiguo equipo de gobierno- tienen en la bandeja de entrada una petición de reunión para no dejar el asunto para más adelante.
Además, no se puede olvidar que, -y esto es una sensación personal- con el estadio desbloqueado y la quita de CaixaBank de 2026 (61 millones menos de deuda), el València será mucho más apetecible y vendible. Es decir, lo de la sede del Mundial puede traer como regalo extra que Peter Lim quiera vender, marcharse y todos podamos poner fin a esta pesadilla. Ahí es nada. Feliz semana.
David Torres
Delegado de El Desmarque en Valencia