Joaquín. Sánchez. Rodríguez. En ese orden. Joaquín, el chaval de El Puerto de Santa María. El niño que quiso ser torero pero que torea el balón como los ángeles. Joaquín, Joaquín el del Betis, el que mete goles de tres en tres. Joaquín, el que cuenta los chistes y hace mucha gracia. Joaquín, ese viejo que vino al Betis para retirarse pero que ni es viejo ni se ha retirado. A sus 38 años está con la ilusión de un niño y la experiencia de un veterano. Un futbolista como la copa de un pino.
Joaquín Sánchez Rodríguez puede decir que nació en una de las quintas futbolísticas que más han dado al Betis en los últimos años: la quinta del 81. Presidente: Joaquín Sánchez. Vicepresidente: Rubén Castro. Un tal Rubén que algo dio al Betis. Unos pocos goles. Cuenten, lean y vean lo que han hecho estos dos futbolistas para el Betis: sacar al club de la miseria es poco.
Un club histórico de un porrón de años en el que Joaquín puede aparecer como uno de los mejores. O el mejor. Habrá quien diga que es otro pero Joaquín es leyenda viva del Betis. Da igual la edad que tenga porque está para jugar mucho tiempo. Así, sí. Y hasta con Rubi, porque está disfrutando como no esperaba disfrutar. Para acabar también con esa teoría de que con Setién, que puede ser, disfrutó como nunca.
En Montecastillo, este pasado verano, Joaquín arrancó como es habitual muchas risas durante su charla ante los periodistas. El Joaquín de siempre. Después me dedicó unas hermosas y cariñosas palabras cuando hablamos de la edad. Sí, aunque pocos lo crean, Joaquín y el que escribe estas líneas nacieron el mismo año. Unos meses antes el que hizo vibrar a los béticos ante el Athletic. Joaquín me agarró del hombro sorprendido por ser del 81 como yo. Sin barriga, sin canas, muy moreno y bastante fino. Sí, los dos del 81. Lo que me dijo después ya se queda para las personas que escucharon la conversación.
Joaquín Sánchez Rodríguez. El de la quinta del 81, como yo. O como otros grandes del fútbol español como David Villa, Iker Casillas o Xabi Alonso. La que hubiera formado Joaquín con esa gente en la Eurocopa o en el Mundial. Yo me quedo fuera lógicamente de ese grupo. Pero no fue el momento de Joaquín. El momento de Joaquín es ahora. En su Betis, donde renovará. Donde será casi un Dios de por vida. Donde quiere irse por la puerta grande. Donde vuelve a disfrutar. Una pena que Joaquín y Rubén no hayan estado mucho tiempo juntos. El Betis hubiera sido otro. Esa quinta del 81 es historia pura del Betis. Yo siempre podré decir que nací el mismo año que Joaquín.