Otra vez ha llegado el fresquito. No sé si para mucho tiempo, pero se agradece este bajón en las temperaturas. Tanto calor (o tanta) estaba convirtiendo a más de uno en bolas ardientes, sin poder ir a la playa todavía. Pero parece que dentro de unos días los sevillanos ya podremos ir a nuestras queridas playas vecinas, de otras provincias, si todo va bien. Porque el confinamiento por este maldito coronavirus parece que va llegando a su fin.
Luego ve uno las fiestas que se marcan algunos por ahí, y por aquí cerquita, y piensa en lo peor. Piensa uno en un rebrote que amargue la vida a más gente y se cargue la salud de otros muchos. La salud física y la piscológica. Porque hay muchas familias que han tenido que cerrar sus negocios y otras que han abierto con muchos problemas. Un fallo de alguien puede condenarles de por vida. Y espero que no llegue ese momento.
Y en esas fiestas, de gente conocida y menos conocida, de futbolistas y de no futbolistas, con cachimbas y sin cachimbas, seguimos contando la cuenta atrás para el derbi. Más de 24 horas sin escuchar frases demagógicas de algún protagonistas, ahora empieza el runrún de quién jugará y quién no. Julen Lopetegui parece tener claro su once en el Sevilla FC, una vez que ahora sí podrá contar con Fernando. Si acaso el delantero, pero De Jong respondió muy bien en el derbi de ida y parte con ventaja.
En el Real Betis, Rubi está muy pendiente de William Carvalho y de Joaquín, porque un parón de este tipo puede estropear la forma de estos jugadores. Carvalho no llegó bien al parón y su participación se antoja clave. Sobre todo con las ganas y ansia que hay en el Betis para que se coloque en el mercado. Debe ser una de las ventas del verano. Otra cosa es que no lleguen las ofertas esperadas, que serán pocas o ninguna si el Betis no acaba bien LaLiga. El derbi será clave, como siempre.