A veces en esta vida basta con ser superior para superar a un rival. Tienes, además de serlo, que merecerlo, demostrarlo y luchar contra tus propios miedos, esos que te atenazan para desarrollar el 100% de tus capacidades.
En Leicester el Sevilla ha cometido 'patazo' histórico: Se ha dejado eliminar por un rival muy inferior, mediocre a más no poder y cuyo único aval serio son muchos kilos de músculo y un buen delantero. Y para ello, el Sevilla ha hecho mal todo lo que se podía hacer mal. Ha cometido errores defensivos en jugadas de estrategia, ha fallado un penalti, ha visto cómo su estrella se borraba del campo y ha exhibido la falta de pegada que le ha condenado en más ocasiones durante la temporada, con el agravante de una decisión técnica incomprensible por parte de Sampaoli: NO ALINEAR A JOVETIC NO TIENE SENTIDO.
Ahora toca restañar las heridas para acabar bien la Liga, al menos tercero, y rearmarse pensando en que los octavos de la Champions, que llegarán de nuevo tarde o temprano, le deparen alguna vez alguna buena noticia al Sevilla, que lo necesita. Ese déficit histórico sigue ahí.