Banega vuelve al Sevilla y lo hace, si le van bien las cosas, para quedarse. A sus 29 años el tren de los grandes europeos parece haber pasado y difícilmente va a volver, está adaptado a la ciudad y al club, se siente importante y es respetado, todo lo que necesita. Banega es un líder natural en la cancha: Siempre quiere la pelota y con él todo es más fácil. Con él en figura el Sevilla ganó dos finales y organizó en Tifflis el mayor espectáculo futbolístico europeo de los últimos años, y con él el Sevilla habría sido mejor equipo en los momentos calientes de esta temporada. Decir que con Banega en Leicester habría pasado otra cosa es hacer fútbol-ficción, pero yo no lo dudo.
Su salida me pareció una mala gestión y su vuelta me parece un acierto. Y el precio, nada escandaloso para su nivel. El Sevilla, con Ever, acierta.