Una operación con tantos protagonistas como la que ha desembocado en la marcha de Vitolo del Sevilla sólo puede dejar multitud de interpretaciones y puntos de vistas dispares. Por ello, además de mirar al papel de todos y cada uno de los que han estado en ella, hay que mirar al futuro, que deja como grandes damnificados al Sevilla y a su presidente José Castro tras una actuación impropia de un dirigente deportivo con tanta experiencia. Yendo uno por uno, quedan así:
- Vitolo: En 72 horas ha cambiado varias veces de opinión, se ha granjeado la enemistad eterna de la afición del Sevilla y una imagen pública no demasiado buena. Jugará en un equipo menor seis meses a cambio de hacerse de oro. Ha elegido por esto último.
- José Castro: El más desacertado. No se puede gestionar peor una situación y precipitarse más con un comunicado sin tenerlo atado. De unos meses a esta parte todo lo estalla entre las manos y da la sensación de estar muy perdido. Tras casi dos décadas como directivo y más de tres años como presidente, su gestión del casi es incomprensible.
- Atlético de Madrid: Su mala gestión le ha llevado a pagarle a Vitolo mucho más de lo previsto antes de estallar todo, pero se llevan al futbolista. Contentan a Simeone y vuelven a decirle al Sevilla que no está a la altura de compertirles en serio.
- UD Las Palmas: Papel de comparsa o equipo pequeño. Ganan poco para prestarse a una operación de este calado y el fútbol es muy largo...
- Bahía: Es innegable que deterioran su relación con el Sevilla, pero el club de Nervión está obligado a entenderse con la agencia de representación para cerrar operaciones como la de Navas, por lo que no tienen por qué cortar relaciones. Se han visto cosas más raras.
- Sevilla FC: El gran damnificado. Toca ser firmes, estudiar aristas legales y no dejarse pisotear... aunque el Atlético de Madrid también tiene abogados.