Pocas temporadas más difíciles de analizar y pocos equipos más bipolares que este Sevilla de la 17/18, igualmente capaz de salir goleado de Eibar y de ganar en Old Trafford o empatar en el Allianz Arena de Múnich y Anfield. La Champions del Sevilla ha sido una pasada, absolutamente por encima de las espectativas generadas y muy por encima de la realizada por equipos con mucho más pedigrí en Europa.
En Múnich, lo normal era perder, pero el Sevilla pudo ganar e incluso clasificarse, porque las tuvo, pero el mal endémico del Sevilla es la falta de pegada y, más allá del remate de Correa al larguero, el Sevilla siempre decidió en el último momento hacer un regate o un pase más cuando lo mejor era fusilar a Ulreich.
Ya tocará analizar a este equipo en la Copa y en La Liga, pero la nota de la Champions es un sobresaliente. No se puede pedir más.
Eso mismo llevo diciendo desde hace un tiempo. Sinceramente, creo que al Sevilla le vendría mejor no clasificarse para Uefa. Así se largarian los jugadores que tanto cobran, un director técnico que entiende de fútbol lo mismo que yo (por eso no me dedico al fútbol) y un entrenador que se permite el lujo de acabar un partido 0-5 sin agotar todos los cambios. ¿Jugó ayer Muriel? Es que no lo vi en todo el partido... Quizá por eso el entrenador no lo cambió, porque no lo veía y no se dió cuenta que estaba en el campo... O estaba pensando en cambiarlo en el autobús, de vuelta a Sevilla. Qué pena de equipo, dirección, entrenador... O comienzan un nuevo proyecto de cero, o mal acabaremos.