El Sevilla ha sido humillado, destrozado y arrasado por el FC Barcelona, que ha sublimado el fútbol. Hasta ahí hablo del Barça. Pero ha sido impropio del Sevilla, que bajó el hocico como un toro manso, rehuyendo la batalla, sometido y sin creerse capaz en ningún momento de embestir. El Sevilla no tuvo recursos técnicos para competir, ni actitud, ni reaños. No se llevó un balón dividido, ni un rebote, nunca desbordó y sólo tuvo un poco de profundidad con Navas.
Este Sevilla no es el Sevilla. El Sevilla de esta época es un toro bravo que remonta una final ante el Liverpool, que iguala un 1-4 en otra contra el Barça o que se levanta después de sufrir golpes durísimos en muchas eliminatorias. Pero en ese Sevilla bravo había un portero de garantías, un delantero con gol, centrocampistas con mucha personalidad y defensas de jerarquía. Este Sevilla tiene jugadores de medio pelo y, ante un Barcelona sublime, con jugadores de medio pelo haces el ridículo.
Hoy más que nunca hay que decir que la planificación de Óscar Arias ha sido la peor de los últimos 18 años, que la gestión del club ha sido calamitosa, que Montella ha llegado hasta aquí y no debe seguir ni un minuto más hasta el final de la temporada aunque haya sido capaz de ilusionar, y que de este equipo valen muy poquitos jugadores si quieres construir un proyecto potente.
No veo piernas, no veo club y no veo entrenador para atar la Liga Europa. Se avecinan días oscuros...
Eso mismo llevo diciendo desde hace un tiempo. Sinceramente, creo que al Sevilla le vendría mejor no clasificarse para Uefa. Así se largarian los jugadores que tanto cobran, un director técnico que entiende de fútbol lo mismo que yo (por eso no me dedico al fútbol) y un entrenador que se permite el lujo de acabar un partido 0-5 sin agotar todos los cambios. ¿Jugó ayer Muriel? Es que no lo vi en todo el partido... Quizá por eso el entrenador no lo cambió, porque no lo veía y no se dió cuenta que estaba en el campo... O estaba pensando en cambiarlo en el autobús, de vuelta a Sevilla. Qué pena de equipo, dirección, entrenador... O comienzan un nuevo proyecto de cero, o mal acabaremos.