Rematar la faena. 'Concluir de forma satisfactoria cierta cosa'. No está todo hecho. La victoria de este domingo ante el Tenerife es un paso de gigante para el Málaga CF en su camino a la permanencia en LaLiga SmartBank, pero todavía queda un reto: rematar la faena. Y qué mejor manera de hacerlo que con un triunfo en La Rosaleda, que lleva seis meses sin festejar una victoria. La afición se lo merece y la temporada hay que cerrarla con un buen broche que una los flecos sueltos que todavía quedan.
Seis puntos quedan en juego y la ventaja del Málaga sobre la zona de descenso es de cinco -y, sinceramente, siendo de este club, nadie debería dar nada por sentado, no pequemos de novatos-. Con estos números en la mano, sumar tres ante el Burgos el próximo sábado haría que la salvación fuese definitiva. Tal y como han ido sucediéndose los acontecimientos en las últimas semanas, lograr una victoria en el templo de Martiricos debe ser el único objetivo en mente para finalizar a una temporada para olvidar.
Una vez que esté hecho, se podrá empezar a pensar en asumir errores y responsabilidades, en coger la sartén por el mango y darle la vuelta, sin quemarse, para resetear cuerpo, mente y corazón. Que el sufrimiento del malaguismo, aunque inherente a sentir los colores blanquiazules, sea menor el próximo curso y no se vuelva a repetir esta nefasta campaña, que ha estado oscurecida en muchos sentidos: deportivo, institucional, económico...
Rematar la faena. Finalizar algo y hacerlo, además, de buenas maneras. Pablo Guede decía tras la victoria en Tenerife que todavía no se puede festejar. Y tiene razón, todavía no. Cuando se escriba la última frase de este capítulo y se le coloque el punto final, se deberá celebrar porque llegar hasta aquí ha costado sangre, sudor y lágrimas, pero también reflexionar sobre lo ocurrido, buscarle una solución y empezar a trabajar en el nuevo futuro desde ya para no volver a cometer los mismos errores. Que la afición no vuelva a pasar por este calvario. Que el Málaga -y sus jugadores- no vuelva a ser ejemplo de lo que no hay que hacer, porque esta ciudad, este escudo, estos colores se merecen mucho más que eso.