Fluctuat nec mergitur

Fluctuat nec mergitur. El que es sacudido por las olas pero nunca se hunde. Al que le golpean pero jamás se rinde. Siempre se levanta. Contra todo, contra todos. Fluctuat nec mergitur. El proverbio del latino que custodia el escudo de París. El dicho que emergió y resurgió en todas las calles de Francia para combatir la amenaza terrorista. Una lucha común contra el fanatismo, contra el que solo busca tu perversión o hacerte daño, contra el que quiere hundirte. Y a este Betis le golpean y hasta hay quien busca ajusticiarle, mas nunca rebla, jamás se doblega. Y repito, siempre se levanta.

La resiliencia en el Betis

Por eso lo mejor de la derrota en San Mamés es que los precedentes invitan a juzgarlo como un simple desliz. Un accidente más del que recuperarse. Como el de la semana negra. Si resistió al infierno de tercera, al barro de segunda o incluso a su propia guerra civil... ¿No lo iba a hacer cuando el amargor es efímero? Y hablando en frío, la derrota no debe empañar el 2021 del Betis.

Porque hoy se acaba un año histórico para el Real Betis. Un 2021 cargado de alegrías, marcado por el retorno a Europa y el paso adelante de un plantel con el que, ahora sí, sus seguidores se sienten reflejados. Un Betis que gana el 55% de sus partidos y que suma 1,7 puntos por encuentro. En el top 15 de las cinco grandes ligas del continente. Un Betis que solo pierde uno de cada cinco partidos. El que 57 años después logra terminar un año como tercer clasificado. El mejor Betis del Siglo XXI. El que por primera vez en su historia consigue tantos triunfos en un año natural, como cuenta @LaLigaenDirecto.

Y en esto del fútbol lo más importante de todo es la mesura. Ver siempre el vaso medio lleno. Confiar en el trabajo realizado, no caer en análisis precipitados y juzgar con los datos en la mano. Y argumentos tiene este equipo de sobra como para que en 2022 los Reyes Magos se olviden del carbón de antaño y traigan oro. O plata. Igual es el momento de romper su propio techo de cristal.