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Los puntos de la derrota del Sevilla: los cambios, la mano y el fútbol

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El Sevilla cayó ante el Athletic de Bilbao y perdió muchas de las dificultosas opciones que tenía de pelear por LaLiga. El equipo de Lopetegui no mereció perder, generó más ocasiones que su rival, pero la falta de claridad en la segunda mitad lastró el choque de los de Lopetegui.

Unai Simón y En-Nesyri

No hay dudas de que En-Nesyri es el delantero centro titular del Sevilla. Se lo ha ganado a base de goles. Esos que frente al Athletic no se convirtieron. En la primera, hasta tres ocasiones claras tuvo el Sevilla y todas ellas en las botas del marroquí. Salvo en una ocasión en la que el delantero fue tremendamente generoso, porque también la pelota le cayó a la pierda derecha, en las otras dos ocasiones se encontró con Unai Simón. La mano al cabezazo es soberbia. El acierto de otros días no apareció.

Los cambios

El entrenador del Sevilla se ha caracterizado por su buena gestión de los partidos desde el área técnica. Sin embargo, el técnico vasco no tuvo el acierto necesario que otras jornadas sí encontró. Ante el Athletic, los cambios del preparador del Sevilla no surtieron efecto y eso también lastró a un equipo que no encontró su mejor versión en la segunda parte. No es que no la encontrara, es que estuvo peor que en la primera.

Lopetegui protesta a Gil Manzano al final del partido entre el Sevilla y el Athletic. (Foto: Kiko Hurtado).

La salida de Suso del campo, uno de los más entonados, la apuesta por dos delanteros ( y después por uno), y la salida al campo del Franco Vázquez no dieron el resultado esperado

El posible penalti

Para algunos especialistas, la jugada de la mano de Balenziaga está bien arbitrada. Es cierto que este fútbol moderno no hay por dónde cogerlo. Lo que pasa es que viendo los penaltis pitados durante la temporada, la mano de este pasado lunes se podría haber pitado. Si hay alguna mano similar en el Nou Camp o en Valdebebas el próximo fin de semana, a ver qué ocurre. No obstante, la mano de De Marcos está bien arbitrada. Es decir, es una jugada interpretable, no es clara y manifiesta, y por tanto el VAR deja que prevalezca el criterio del árbitro de campo.

Si Gil Manzano lo hubiese pitado habría cambiado el partido. Sí. Después, de todos modos, hay que meterlo.

¿La presión?

Puede que pasara factura o puede, simplemente, que se trate de un mal día. El fútbol es fútbol por este tipo de resultados inesperados. El Barcelona cayó hace unos días ante el Granada y no podemos decir que no esté acostumbrado a la presión. Lo que está claro es que sea por los cambios, por el penalti, por la falta de acierto o por Unai Simón, el Sevilla no pudo demostrar que estaba por encima de esa exigencia: la de ganar cuando hay que ganar.

Quedan cuatro jornadas. Es casi imposible. Pero hay que recalcar que es eso, casi.

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