Ruth Beitia y Jesús España continúan siendo, a sus 36 años, los pilares fundamentales donde se sustentó España para apuntalar la permanencia en la máxima categoría del Campeonato de Europa de selecciones con sus segundos puestos, junto a actuaciones destacadas como la de Roberto Alaiz en 3.000.Pablo Sarmiento
Si bien la selección española no pasó apuros en Cheboksary (Rusia) para certificar un año más su estancia en la máxima categoría con una octava plaza holgada lejos de los puestos de peligro (230,5 puntos) y haciendo válidas todas las previsiones, de nuevo se volvió a apoyar en la actuación de sus atletas más experimentados.
Jesús España sumó su décima participación en la competición, y en ninguna de ellas se ha bajado de las dos primeras posiciones (6 triunfos, y 4 segundos puestos), tanto en 3.000 como 5.000 metros, como en esta última edición. Solo el francés Mourad Amdouni pudo con el corredor madrileño en la última recta de Cheboksary.
Tras ganar en las dos últimas pruebas de la Liga de Diamante en Roma y Nueva York, la saltadora de altura cántabra Ruth Beitia se presentaba como la baza principal de España, y no defraudó. Su segundo puesto con un salto de 1,97 era la mejor noticia de la delegación española en la segunda jornada junto a la buena actuación de Roberto Alaiz en los 3.000 metros, que también alcanzó la segunda plaza.
Junto a Beitia y Jesús España, con la excepción de Alaiz, los mejores puestos de la delegación española, con Frank Casañas (36 años) tercero en disco, Diana Martín (34) cuarta en 3.000 obstáculos y Naroa Aguirre (36) quinta en pértiga, superaron la treintena de años.
A ellos se unió una prueba actualmente en dulce dentro del atletismo español, el triple salto, que contó con el madrileño Sergio Solanas, quinto en la prueba masculina con 16,57, que hubiera supuesto su mejor marca personal de no ser por el viento superior al permitido (+2,2 m/s), y la mejor marca de la temporada de la gallega Ana Peleteiro con 14,03 (+2,0), en un concurso femenino donde repitió el puesto de su compañero de disciplina.
En esta ocasión, las sombras vinieron en parte por la actuación del mediofondo, que no pudo estar al nivel de hace unos años, cuando los atletas españoles dominaban el 800 y el 1.500 en esta competición. En esta ocasión, el sexto puesto de Adel Mechaal en 1.500 fue lo mejor del botín obtenido en Cheborskary, donde en la prueba femenina Solange Pereira finalizó décima, y en 800, Kevin López fue octavo y Esther Guerrero séptima.
La gran dominadora fue Rusia, que recuperó el centro continental en casa, después de haber perdido frente a Alemania el año pasado. El estreno de Yury Borzakovski como director técnico de la federación no pudo ser más exitoso, con diez victorias y siete segundos puestos para un total de 368,5 puntos, superando en más de 20 al conjunto alemán (346,5).
El descenso, como estaba previsto, estuvo copado por las selecciones nórdicas, Suecia, Finlandia y Noruega, que cederán su puesto en la próxima edición a República Checa, Grecia y Holanda.
España tendrá que esperar dos años para volver a competir en el Campeonato de Europa de selecciones, ya que el curso que viene no se celebrará esta competición por la disputa de los Europeos de Amsterdam en junio, y lo hará una vez más en la máxima categoría.
Se podrá apreciar entonces si se termina de producir un cambio generacional que permita a España mantener su estatus europeo, o si por el contrario echarrá de menos a atletas excepcionales como Ruth Beitia y Jesús España, que con 36 años, se encuentran al final de sus carreras deportivas.