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Rose Chelimo niega a Kiplagat un triplete sin precedentes en el maratón

La bahrainí Rose Chelimo negó a Edna Kiplagat un triplete sin precedentes en el maratón de grandes campeonatos (olímpicos o mundiales) al imponerse a la keniana en el último kilómetro de la final mundialista con un tiempo de 2h27:11.José Antonio Diego
Kiplagat, de 37 años, acariciaba ya la triple corona mundial cuando, faltando un kilómetro, había dejado atrás a su compañera de fuga, pero ésta regresó para arrebatarle la victoria.
Segunda con 2h27:18, Kiplagat estuvo a punto de perder incluso la plata, porque la estadounidense Amy Cragg llegó por detrás como un cohete para entrar en el mismo segundo que ella.
Campeona en Daegu 2011 y en Moscú 2013 -era la primera que revalidaba-, Kiplagat, madre de cinco hijos, dos de ellos biológicos, no pudo aguantar el último arrebato de su excompatriota Chelimo, autorizada a competir por Bahrein el año pasado.
Por primera vez los dos maratones -masculino y femenino- se disputaban el mismo día, y a las chicas (92 en total) les tocó la peor hora: las dos de la tarde, con 21 grados y un 46 por ciento de humedad para dar, como los hombres, cuatro vueltas a un circuito con salida y llegada en Tower Bridge, pasando por el Parlamento y la catedral de St Paul.
Defendía título la etíope Mare Dibaba y faltaba la campeona olímpica, Jemima Sumgong, sancionada por dopaje.
La portuguesa Catarina Ribeiro (sin parentesco con Fernanda, la campeona olímpica de 10.000 en Atlanta'96) chupó cámara durante 40 minutos al destacarse desde el primer kilómetro. Pasó el 10 en 35:35 y poco después fue absorbida por el grupo, en el que marchaba la española Marta Esteban.
A continuación lo intentó la británica Alyson Dixon (38 años). Su aventura fue más larga. Pasó el medio maratón en 1h14:20 todavía con 32 segundos de ventaja, pero las africanas habían desencadenado la caza. Esteban no aguantó el tirón, tampoco la peruana Inés Melchor.
La veterana Edna Kiplagat, dos veces campeona y madre, tomó el mando de las operaciones a partir del km 25 al frente de un grupo reducido ya a catorce unidades, en busca de un triplete sin precedentes en maratón, ni en hombres ni en mujeres. La ayudaba a tirar la estadounidense Amy Cragg.
Al cabo de 18 kilómetros de cabalgada en solitario, finalmente Dixon fue reducida antes del 30, que se pasó en 1:45.52.
Cragg las puso en fila pasadas las dos horas de carrera y se quedó sola con ocho africanas en representación de la raza blanca.
Poco después, Chelimo lanzó un ataque que descartó a la defensora del título, Mare Dibaba, pero no a Kiplagat, que la siguió todavía un trecho, acabó cediendo pero se recuperó y atacó a su vez, dejando atrás a la bahrainí, que también se repuso para asestar el golpe definitivo. Un final de locura.

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