La imagen del deportista profesional es más rentable en las redes sociales que en la televisión, lo que plantea dudas sobre quien debe cobrar y sobre la fiscalidad que genera esta actividad, afirmó Félix Plaza, responsable de legislación deportiva y de ocio del despacho Garrigues Abogados."Aunque se han producido cambios importantes en el consumo de televisión y, en consecuencia, de su explotación comercial a partir de los avances tecnológicos, en las redes sociales la evolución ha sido mayor", indicó Plaza, quien señaló que es ahí donde se centra el negocio.
Así lo expuso en una sesión sobre explotación de derechos de imagen en el marco del SportIP Forum, que se celebra en Feria Valencia.
Participaron a su vez Carolina Pina, también de Garrigues Abogados, quien habló de la mercadotecnia emboscada, y la directora de mercadotecnia de la Volvo Ocean Race (VOR), Laura Urrutia, en una sesión moderada por Luis Villarejo, director de Deportes de la Agencia EFE.
"Los futbolistas ponen su imagen, es decir, su cara, su voz y su nombre, y hay marcas comerciales dispuestas a pagar por utilizarlas porque laos usuarios de las redes sociales son seguidores de esos deportistas", afirmó Plaza, quien puso como ejemplo a Cristiano Ronaldo con 64 millones de seguidores en twitter.
"Antes había anuncios en la televisión, pero ahora Neymar sale con unas gafas y lo hace una red sin que, por otra parte, se especifique si esa imagen es o no publicidad a pesar de que el consumidor debe estar protegido al respecto", explicó.
"Además, hasta hace poco la red no cobraba a pesar de que era un vehículo para los anunciantes que utilizaban, en este caso, la imagen de los deportistas", agregó el especialista.
"Si, por ejemplo, Play Station comercializa un juego de fútbol, ¿debe pagarle al Real Madrid, a sus futbolistas, a la Liga de Fútbol Profesional o a todos?", se preguntó Plaza, quien señaló que todas estas cuestiones provocan nuevos interrogantes jurídicos.
"Por otra parte, los deportistas tienen que asumir sus impuestos, pero tratan de pagar lo menos posible, por lo que se plantean hacerlo en vez de como personas físicas, como empresas, para verse menos gravados", explicó Plaza, quien señaló que no hay legislación impositiva unificada al respecto en la Unión Europea.
"No están unificadas las tasas fiscales, pero se podrían intentar unirlas porque en muchos casos los ingresos son transnacionales", concluyó.
Pina también aludió a los vacíos legales en el caso de la mercadotecnia emboscada (Ambush Marketing) consistente en aprovechar comercialmente un acontecimiento sin ser uno de sus patrocinadores.
Puso como ejemplo el de colocar publicidad cerca de la sede de un acontecimiento o regalar productos por parte de marcas ajenas al patrocino, en algunos casos con incumplimiento de ley.
"En algunos casos, estas iniciativas pueden conllevar medidas legales en contra de la empresa que las toma, pero que le pueden dar visibilidad. Pasarse de la raya es a veces rentable", matizó.
"La felicitación a los deportistas en las redes por parte de una firma o el paso de un avión o un zeppelín publicitario por arriba de un estadio son otros ejemplos de esta práctica que, aunque cada vez se regula más, todavía tiene lagunas", afirmó.
"La única solución se puso en práctica en Londres 2012 con la creación de una legislación específica para esa competición", añadió Pina, quien explicó que durante unos Juegos Olímpicos los deportistas no pueden aparecer como imagen de sus patrocinadores habituales si éstos no lo son también de la competición.
Por su parte Urrutia señaló que una competición como la Volvo Ocean Race (VOR) tiene un retorno para cada participante de 47 millones de euros.