El catarí Abderrahman Samba volvió a ratificar su supremacía en los 400 vallas al sumar este jueves su sexta victoria consecutiva en la Liga de Diamante, esta vez en la reunión de Lausana (Suiza) y con un tiempo de 47.42 segundos.
Una "discreta" marca para el atleta catarí, que el pasado sábado se convirtió en el segundo hombre en la historia en bajar de los 47 segundos al vencer en París con un tiempo de 46.98.
Crono que hacía pensar en la posibilidad de que Samba tratase de asaltar en Lausana el récord del mundo, que posee el estadounidense Kevin Young con un tiempo de 46.78 segundos desde los Juegos Olímpicos de Barcelona en 1992.
Pero ni la presencia del vigente campeón del mundo, el noruego Karsten Warholm, ni del subcampeón mundial, el turco de origen cubano Yasmani Copello, bastaron para que Abderrahman Samba volviese a bajar de los 47 segundos.
De hecho, Samba, que cumplirá 23 años el próximo mes de septiembre, no pudo, ni tan siquiera, batir el récord de la reunión, en posesión de otra de las grandes leyendas de la especialidad, el estadounidense Edwin Moses con un tiempo de 47.17 desde el año 1981.
Y es que Samba no dejó, pese a su clara victoria, las mismas sensaciones que destiló en París, especialmente en el tramo final, que este jueves pareció hacérsele excesivamente largo al atleta catarí.
Al igual que le ocurrió al noruego Warholm, que concluyó segundo con un tiempo de 47.94, medio segundo más que Samba, y al turco Copello, tercero con una marca de 48.85 segundos.
Pero si algo descafeinada quedó la victoria de Abderrahman Samba, quien no defraudó fue el ruso Sergey Shubenkov, que volvió a bajar de los trece segundos -12.95- en la final de los 110 metros vallas.
Shubenkov, que el pasado lunes se quedó a una centésima del récord de Europa del británico Colin Jackson tras firmar un crono de 19.92 en la ciudad húngara de Székesfehérvár, volvió a confirmarse como el vallista más en forma del curso.
De hecho, sólo el ruso ha sido capaz de bajar este año de los 13 segundos, un objetivo que, a día de hoy, parece muy complicado para el vigente campeón olímpico y mundial, el jamaicano Omar McLeod, quinto con un tiempo de 13.41.
Aunque si decepcionante fue la actuación de McLeod no menos gris fue el concurso de Caster Semenya en la final de los 1.500, donde la sudafricana no pudo pasar de la sexta plaza con un tiempo de 4:00.44 minutos.
Tres segundos más que la ganadora de la prueba, la estadounidense Shelby Houlihan, que se impuso con una marca de 3:57.34, por delante de la británica Laura Muir, segunda con un crono de 3:58.18.
Quien no defraudó fue el estadounidense Noah Lyles, que igualó la mejor marca mundial del año en los 200 metros, tras imponerse este jueves en Lausana con un tiempo de 19.69
Lyles, que ya se impuso en las dos pruebas de la Liga de Diamante disputadas en Doha y en Eugene, se impuso en una prueba en la que el ecuatoriano Alex Quiñonez, que este curso ha corrido en 19.93 segundos, concluyó tercero con un crono de 20.08.
No pudieron acercarse, sin embargo, a sus mejores prestaciones del año ni el estadounidense Christian Taylor, ni el ya portugués Pedro Pablo Pichardo, que pese a todo protagonizaron un disputado duelo en la final de triple salto.
Una pugna de la que salió victorioso Taylor, que se impuso por un centímetro, tras firmar un mejor intento de 17,62, por los 17,61 con los que debió conformarse Pichardo, que hasta ahora competía con bandera cubana.
Por su parte, la marfileña Marie-Josée Ta Lou no dio opción a ninguna de sus rivales en la prueba de los 100 lisos, en la que se impuso con un tiempo de 10.90 a la vigente campeona olímpica, la jamaicana Elaine Thompson, segunda con 10.99, y a la holandesa Dafne Sschippers, cuarta con una marca de 11.02.