Diego Merino
Pekín, 29 ago .- Mikel Besora, reusense de 25 años, ha dejado temporalmente de apagar fuegos en la Central Nuclear de Vandellós para dedicarse al atletismo en el Circuito Mundial Vertical, competición anual en la que se ascienden algunos de los monumentos y edificios más altos del mundo.
En su primer año en el circuito, Besora se encuentra quinto en la clasificación y es el mejor español, tras los puntos de la última carrera disputada en Pekín en el ascenso a la China World Summit Wing, un edificio de 330 metros en el que para llegar a la azotea hay que subir 82 pisos.
Esta competición, reconoció en una entrevista con Efe, es "lo mas duro" que ha hecho dentro del atletismo, porque es "una agonía desde el segundo uno hasta la meta". En ella participan veteranos como el polaco Piotr Lobodzinski o el australiano Mark Bourne, actuales líderes de la competición.
Pero no todo es tan sencillo como parece, detrás de estos resultados hay horas de esfuerzo y sacrificio, porque hasta el momento ha tenido que compaginar sus horas de entrenamiento con su labor como bombero.
"Desde hace un tiempo trabajo como bombero solo durante unos meses al año, así puedo dedicarme más al atletismo" explica. "Me di cuenta de que necesitas tiempo para entrenar y descansar bien, así que decidí repartirlo y los otros meses me dedico a esto".
Sus comienzos en el mundo del kilómetro vertical surgen con la invitación a la carrera de la Torre Eiffel por parte de la organización del evento.
"Hay que aprovechar las oportunidades que te dan", admitió Besora, y estas llegaron como producto de sus buenos resultados cosechados en París en 2017, con una victoria en la Eco Trail y un subcampeonato en el Cross Internacional, de 31 y 18 kilómetros respectivamente.
En Tarragona, su tierra, le conocen como el "devorador de escalones", apodo que, dijo, le hace "mucha gracia", porque cree que al final es "un resumen de lo que hace".
Aunque no tiene una referencia a seguir, trata de aprender de todos los atletas punteros del momento. "Me fijo en los que tienen siete u ocho años más que yo, que están en ese momento máximo de su carrera profesional" apunta.
Del Circuito Mundial Vertical, competición y modalidad cada vez más conocida, consideró que "está bien que la gente se dé cuenta de la dureza que hay en subir en tan poco tiempo".
En cuanto a su carrera preferida, el catalán contó que "ha sido la subida a la Torre Eiffel, correr al aire libre, ver toda la ciudad, la sensación de vértigo".
Para lo que resta de año, tiene previsto competir en tres de las cuatro carreras que quedan, Osaka, Londres y en la finalísima de Hong Kong donde los puntos valen doble y a la que acudirán todos los "gallos" de la competición.
"Intentaré dar lo máximo en las tres carreras que quedan, para quedar lo más adelante posible" afirmó Besora, quien no quiere meterse más presión como debutante.
El bombero catalán costea su asistencia a las pruebas con el apoyo de patrocinadores, aunque en Pekín se quedó algún día más por su cuenta hospedado en un albergue juvenil.
En un futuro, si fuera posible, le gustaría dedicarse plenamente a esto, aunque "más que vivir es sobrevivir del atletismo".
"Sería bastante duro pensar la presión que tienes que llevar, son una serie de factores que tienes que aceptarlos, pero creo que es viable", acotó.
Con 25 años, el porvenir de este atleta es bastante prometedor pues en este tipo de modalidad no se alcanza la plenitud hasta alcanzados los 31 o 32 años.
"Creo que puedo hacer un buen papel, quiero intentar llegar lejos en esta disciplina", señaló.