Los atletas Geoffrey Kamworor y Mary Keitany buscan subir de nuevo a Kenia, su país de origen, al podio del maratón de Nueva York, que este domingo confirma por qué es el más populoso del mundo al reunir a unos 50.000 corredores.
Kamworor, de 25 años, que en 2017 logró su primera victoria en un maratón con una marca de 2h10:53, declaró en Nueva York que se sentía suficientemente "optimista" para volver a ganar tras una preparación específica de tres meses.
Ha estado entrenando, relató, con su "buen amigo" y compatriota Eliud Kipchoge, que se convirtió en el hombre más rápido de la historia el pasado septiembre en el maratón de Berlín, con un tiempo de 2h01:39.
"Espero hacerlo mejor que el año pasado. Después de un triunfo, esperas otro gran resultado en otra carrera, así que espero todo lo mejor", afirmó el profesional, que reconoció que tiene "buenos competidores".
Dedicándose a su "pasión" y seguro de sí mismo, Kamworor se enfrenta a otros atletas reconocidos, como el etíope Shura Kitata, de 22 años, vencedor en 2017 en Frankfurt y Roma, o el olímpico estadounidense Abdi Abdirahman, de 41 años, que quedó tercero en 2016 en Nueva York.
"No tengo los ojos puestos en ningún atleta", aseguró el defensor del título de Nueva York, una ciudad en la que le gusta correr no solo porque presenta un "buen recorrido" sino por el calor de su gente, "que anima mucho", y por su organización, que "facilita" las cosas.
En cuanto a la categoría femenina, la keniana Mary Keitany, de 36 años, busca alzarse de nuevo con el título que le arrebató en 2017 la estadounidense Shalane Flanagan, quien marcó con 2h26:53 el hito de subir tras 40 años a EE.UU. al primer puesto del podio.
Keitany, que en 2017 se llevó el triunfo en el maratón de Londres, se había colgado hasta ese momento tres medallas seguidas en la carrera neoyorquina y, si suma otra este año, estará a medio camino de la leyenda noruega Grete Weitz, nueve veces campeona.
La atleta dijo tener planeada una "carrera inteligente" en la que estará pendiente de su nivel de fatiga para lograr un "buen resultado".
Aunque "los retos son buenos para motivarte", reconoció que no hay que sentirse como si ya se tuviera la medalla y pese a que los entrenamientos este año han "ido muy bien", va a ser un maratón "duro" en el que hará "lo que pueda".
La corredora reconoció que su profesión "no es fácil" y, como en otros aspectos de la vida, hacen falta "disciplina para tener éxito", pasión y dedicación, cualidades que ve en sí misma, aunque sería feliz con otro puesto que no sea el primero.
En ese sentido, relató que en los últimos tiempos se ha centrado en construir una escuela en el área donde nació, en Kenia, en la que recordó proceder de una "familia muy humilde" y tener que "viajar un largo camino de joven para ir a la escuela". "Dios me ha bendecido", añadió.
Otros nombres favoritos para este domingo son los corredores suizos de silla de ruedas Marcel Hug, de 32 años, y Manuela Schar, de 33, que resultaron vencedores el año pasado y buscan su cuarta y segunda medallas, respectivamente.
La carrera, que este domingo discurre por los cinco distritos de Nueva York a lo largo de 42 kilómetros y 195 metros, premia con 100.000 dólares a los campeones masculino y femenino y con 20.000 a los de silla de ruedas, con pluses si son estadounidenses o mayores de 40 años.