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Borzakovsky cuenta los días para que Rusia reciba el perdón de la IAAF

Ignacio Ortega

Moscú, 3 mar .- El legendario mediofondista ruso Yuri Borzakovsky, que asumió el cargo de entrenador jefe del atletismo nacional en vísperas de la tormenta de acusaciones de dopaje de Estado, cuenta los días para que Rusia reciba el perdón definitivo de la IAAF.

"Esperamos recibir la autorización antes de los Mundiales de Doha. Cuanto antes, mejor. Vivir y entrenar cuando no sabes qué pasará mañana, es muy duro", comentó a Efe.

Borzakovsky espera que los europeos de Glasgow sean los últimos en que atletas como María Lasitskene, campeona europea y mundial de salto de altura, no puedan escuchar el himno nacional ni ver izada la tricolor rusa.

"Incluso cuando seleccionamos a los atletas neutrales debemos esperar cada día, cada hora, cada minuto a recibir la luz verde para competir", lamenta.

El campeón olímpico en Atenas (2004) espera que su impecable historial sirva de garantía de que la IAAF puede confiar en el nuevo atletismo ruso.

"Espero que recuperemos su confianza. Yo mismo competí siempre de manera honesta y limpia. Y mucha gente en muchos países lo sabe. Yo mismo me testé voluntariamente y siempre me sometí a los controles. Hubo temporadas en que las que nos analizaban cada dos semanas", destaca.

Reconoce que los más de tres años de marginación que comenzaron en noviembre de 2015 han tenido un gran impacto en el atletismo ruso.

"Es muy difícil atraer a los jóvenes, crear una nueva generación de atletas, ya que ni siquiera está claro si habrá futuro. No hay certidumbre. Con todo, pese a las grandes dificultades, hemos logrado conservar el potencial del equipo", apuntó.

Reconoce que el dopaje era un problema, pero no sólo de Rusia, y se agarra como un clavo ardiendo a la tradición atlética de este país, donde el atletismo siempre fue uno de los deportes más populares, especialmente en tiempos soviéticos.

"Rusia es un país grande. Siempre hemos demostrado grandes resultados en este deporte. Sí, tuvimos problemas con el dopaje, no es un secreto para nadie, pero problemas hay en todas partes. Y nosotros, al fin y al cabo, también estamos luchando y combatiendo contra ello", asegura.

La Federación Rusa de Atletismo (FRA) intenta someter a análisis antidopaje "al mayor número de atletas posible" para demostrar que los atletas rusos "están limpios".

"Aún hay casos de positivos, pero estamos luchando. Positivos hay en todos los países. Nosotros no somos una excepción. Si lo analizamos en porcentaje, tenemos varias veces menos positivos que antes. Podemos decir abiertamente que estamos luchando contra el dopaje", subraya.

Por ello, cree que la FRA se merece ser reinsertada en la familia del atletismo.

"Sólo nosotros nos encontramos en tales condiciones en relación con el resto del mundo. La gente cambia, el equipo cambia, pero la actitud hacia Rusia sigue siendo antigua. Yo creo que eso no es del todo correcto. Queremos que todos tengan las mismas condiciones", explica.

Pone como ejemplo el retorno de Anna Chícherova, campeona olímpica en Londres, que ha regresado a las pistas a los 36 años después de verse privada del bronce en Pekín por consumo de anabolizantes.

"Se pueden contar con los dedos de una mano los atletas como ella en el mundo. Sólo merece elogios. No sólo ha vuelto, sino con resultados de nivel mundial. Creo que aún tendrá tiempo de demostrar lo que vale", dijo.

Chícherova, que este año ya ha saltado 2,02 metros, también espera el visto bueno para competir en Doha, sea como neutral o como parte de un equipo ruso con el escudo nacional en el pecho.

Producto de la escuela postsoviética, Borzakovsky es un firme defensor de los manuales que permitieron a los atletas soviéticos dominar muchas de las disciplinas durante varias décadas.

"Hay que recuperar la teoría y práctica de la escuela soviética. Incluso muchos colegas en el mundo aún trabajan con nuestros manuales", señala.

Borzakovsky ha recibido el difícil encargo de dirigir el atletismo ruso durante la travesía del desierto del aislamiento por dopaje y considera su "deber" devolver al deporte rey al lugar que se merece.

"Vivo en el trabajo. Es difícil, pero hacemos todo lo que podemos para recuperar el atletismo. Di todo lo que tenía al atletismo y lo sigo haciendo", asevera.

Sigue corriendo, aunque no en la pista del CSKA como antaño, sino en su barrio y se relaja jugando al fútbol.

"Soy delantero y no lo hago mal", señala, mostrando por vez primera una sonrisa de satisfacción en su rostro de galgo consumido por las continuas sospechas de dopaje.

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