Israel Molina
Madrid, 5 abr .- La marcha atlética está viviendo una época de cambios y todo apunta a que pronto arrancará una nueva era, con nuevas distancias y la utilización de la tecnología. Es el tema de moda y sobre ello tiene clara su opinión Álvaro Martín (Club Atletisme Playas). "Egoístamente me adaptaría mejor a los 10 y a los 30 que a los 20, pero quiero pensar en lo que sea mejor para la marcha".
Con 24 años, Álvaro Martín ya es campeón de Europa y aunque recuerda aquella hazaña habitualmente, su mente ya está puesta en los próximos objetivos, la Copa de Europa de Lituania (19 de mayo), los Mundiales de Doha y, obviamente, esa gran cita que llegará en poco más de un año, los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.
"De nada sirve ser campeón de Europa si no estás compitiendo en unos Juegos Olímpicos", explica a Efe el atleta español instantes después de haber terminado su primera sesión de entrenamiento del día. Con voz tranquila, tiene claro que Tokio 2020 será una cita clave. "Yo por ir a unos Juegos haría lo que hiciera falta. Si hay que ir a un país donde haya que llevar chaleco y casco, también iría", explica.
Sobre esto, echa la vista atrás y recuerda la problemática con Río 2016. "La gente me preguntaba si estaba seguro de querer ir por el tema del virus Zika, de la corrupción y todo aquello, y yo les decía que eso no era un problema que yo tuviera que solucionar. Eran unos Juegos y eso es lo más grande para deportistas como nosotros".
Historia en Berlín
Aquella mañana soleada en Berlín dio una vuelta completa a su carrera y de paso a la marcha española. "Fue muy bonito", recuerda. "Yo terminé y sabía que Diego -García- venía en puesto de medalla y que María Pérez era líder de la carrera femenina", explica emocionado. "Luego nos abrazamos todos en meta y creo que fue un momento mágico para el atletismo español".
Ahora, aunque el año 2019 viene marcado por los Mundiales de Doha y todas sus particularidades, eso todavía queda lejos y hay que ir paso a paso. "Lo más importante es que ya estoy totalmente recuperado de la rodilla izquierda. Competí en el Nacional de Oropesa sin el alta médica y me sirvió como una prueba de fuego. Fue mejor de lo esperado y la rodilla respondió bien", va resumiendo.
"El primero gran objetivo es la Copa de Europa de Alytus (Lituania)", cita para la que buscará un primer pico de forma el del Playas de Castellón. "Yo creo que será una competición de dominio español. No por mí, sino por todos mis compañeros". Después sí tendrá un tiempo de parón, "no se de cuantos días", antes de afrontar la recta final de cara a Doha.
Doha 2019, el objetivo del año
"En Catar tenemos el campeonato más importante. Y además es en año preolímpico, por tanto es mucho más importante porque ya nos estamos jugando las plazas para Tokio. Y el equipo español es muy fuerte y hay mucha competencia", explica compartiendo el mismo punto de vista que Miguel Ángel López ya nos explicó.
La competitividad en el equipo es muy buena, pero "genera mucho estrés y mucha ansiedad. No puedes relajarte nada y además todos sabemos que uno de los mejores atletas del país se tendrá que quedar fuera. Eso también te exige responsabilidad porque sabes que estás en una competición donde podría estar un compañero tuyo. Hay que ir a tope y hacerlo bien por todos".
Lo que también tiene claro es que con el retraso en el gran campeonato hasta octubre "habrá que partir la temporada. Un primer tramo será hasta la Copa de Europa y después otro mirando a Doha. Hay que tener en cuenta que se va a solapar con la preparación del siguiente año, que además es olímpico", nos cuenta.
Tampoco es un aficionado incondicional de esta moda de llevarse los grandes eventos a países exóticos con tanto dinero. "El dinero lo puede todo. Es así. Son los organismos internacionales los que deciden estas cosas y a nosotros no nos queda otra que adaptarnos". Y de adaptación van a tener que recibir un curso intensivo teniendo en cuenta las terribles condiciones de calor y humedad a las que se enfrentarán en Doha.
Respecto a sus objetivos deportivos en Doha tiene claro que será como en Berlín. "Yo voy a entrenar muy bien, todo lo que pueda y ese día trataré de demostrarlo. Me gustaría decirte que voy a por una medalla, pero no es eso. Yo lo que haré será sacar a la luz todo lo entrenado y si eso vale para una medalla, pues estupendo y si vale para ser cuarto, pues me iré contento también".
El dopaje
Uno de los temas que siempre está en el candelero es el dopaje, máxime tras la descalificación del ruso Ivanov, habitual rival de Álvaro en las grandes competiciones. "Me da mucha pena, la verdad. Él es un año mayor que yo y era de los rusos que me creía. Están pasando cosas vergonzosas y que hacen mucho daño a nuestro deporte. Hay que sancionar de por vida, hay que congelar las muestras más años porque estas cosas no se pueden volver a repetir".
"Personalmente, está claro que afecta. Un día eres cuarto y no sabes si al día siguiente vas a ser primero. Pero es que da igual porque el daño ya está hecho. Mira Lydia -Valentín-, ha recibido las medallas, sí, pero mucho tiempo después y en España, sin poder saborear lo que es estar en un podio olímpico, que no tiene nada que ver. Es muy injusto".
Más positivo y más sonriente se muestra al hablar del mito, de la leyenda, de Jesús Ángel García Bragado, el que es su "verdadero referente". No deja de elogiarlo hasta que llega a una conclusión evidente y que resuena con autoridad. "No es de este planeta. Es una locura, no puede ser como una persona normal". Bragado está meditando buscar sus octavos Juegos Olímpicos a los 50 años, algo para lo que Martín no encuentra explicación racional. "Cada vez está más limitado físicamente, pero tiene la misma mentalidad que cuando tenía 18, no ha sufrido ningún desgaste psicológico. Piensa en Tokio como si fuesen sus primeros Juegos", concluye. efe