Fernando Gimeno
Lima, 8 ago .- Cuando doña Dixiana Mena tuvo a su primera hija, Andrea, nunca se imaginó que acabaría como su entrenadora, ni que desarrollase desde sus primeros años un talento innato para la velocidad, ni mucho menos que juntas darían una medalla de oro a Costa Rica en los Juegos Panamericanos de Lima 2019.
Andrea Vargas se colgó este jueves la medalla de oro en la prueba de los 100 metros vallas de los Panamericanos, la primera presea dorada de Costa Rica en estos Juegos con una marca de 12,82 segundos, un poquito por encima de los 12,75 del miércoles en la semifinal, que fue récord nacional.
Lo hizo por delante de la favorita, la estadounidense Chanel Brissett, que fue medalla de plata; y las jamaicanas Megan Simmonds y Yanique Thompson, que fueron tercera y cuarta, respectivamente.
"Tuve una hija a la que nunca le gustaron la televisión ni las 'barbies', Solo quería tener una perrita y que la llevásemos a la calle a correr", recordó Mena todavía emocionada tras ver a su hija colgarse la medalla de oro.
"Entonces pasábamos todas las mañanas en la cancha, ella corría y corría, íbamos al parque y las plazas. Ese era su juego. No le gustaban los juguetes. Yo la quería entretener con la televisión, pero no podía", añadió.
A fuerza de correr Vargas fue ganando campeonatos escolares y con solo 7 años ya había clasificado para los torneos centroamericanos, pero no le dejaron competir hasta que tenía 10 años.
Al ver el futuro que la pequeña Andrea podía tener en el atletismo, doña Dixiana no se lo pensó dos veces y, a pesar de que nunca antes ella había practicado atletismo, se lanzó a ser su entrenadora de manera casi autodidacta, para poder acompañarla a todas las citas a nivel internacional.
"Yo comencé a acompañarla para que ella pudiera tener un acompañamiento y una guía", señaló Dixiana, que no la ha abandonado nunca, muchos menos en su aventura en Lima que ha terminado con la medalla más importante hasta ahora en la carrera de su hija.
"Llevamos un rol que lo sabemos manejar muy bien. Cuando estamos en los entrenamientos somos atleta-entrenador, y en casa somos todo cariño", añadió con una sonrisa.
A ese equipo se unió luego su hija menor Noelia Vargas, que se inclinó por la marcha y al igual que su hermana mayor también competirá en los próximos Mundiales de atletismo, que comienzan a finales de septiembre en Doha.
"La realidad es que ha sido demasiado bonito que Noelia logre también la clasificación para los Mundiales, y así podemos llevarlas a las dos a competir, aunque van de bajada para descansar, pero vamos a participar allí", reconoció Dixina.
La madre y entrenadora costarricense reveló que el único secreto para la medalla de oro de su hija Andrea ha sido "mucho esfuerzo, trabajo, dedicación... y una buena planificación".
"Yo siempre aspiro al podio, por más difícil que sea. Uno tiene que ser positivo y pensar que sí se puede. Si uno trabaja fuerte y lleva una buena planificación, es posible", explicó Dixina.
"Como entrenadora sabía que teníamos muchas posibilidades de ganar la medalla de oro, pero no se puede contar con ella hasta cruzar la meta porque se enfrentaba a rivales tan fuertes como Estados Unidos y Jamaica, pero nos preparamos bien, la planificación salió bien, y eso es lo que más me gusta", confesó.
En la noche previa a la gran carrera madre e hija se sentaron para planificar la prueba y ambas acordaron que la clave era salir bien y no permitir que la favorita se marchase después de la quinta valla.
"Era muy importante que se centrase en salir bien, pero sabíamos que a partir de la quinta valla se decidía la carrera... y nos fue muy bien", relató.
"Yo estaba muy pendiente de la quinta valla. Ahí se definió la competencia. Iba observándola a ella y su aceleración, sin mirar a nadie más, y ahí fue donde lo logramos. Como madre lo viví con lágrimas y muchísima alegría, ganas de abrazarla y darle un besote", continuó,
La madre de Andrea Vargas recordó orgullosa que la preparación está enfocada en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, un camino olímpico donde ya han cosechado tres medallas de oro, pues ahora suma la presea de los Panamericanos a las de los Juegos Centroamericanos y del Caribe y la del campeonato iberoamericano.
De cara a la próxima temporada, Dixina anticipó que sus hijas y ella se trasladarán a entrenar a Estados Unidos, donde tendrán más facilidades y mejores instalaciones.
"Vamos a estar muy unidas. Ahora estoy muy feliz, porque hemos trabajado por muchos meses y estoy llena de mucha satisfacción", aseguró.