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Priválova teme que el atletismo ruso sea excluido de Tokio 2020

Ignacio Ortega,Moscú, 28 sep (EFE).- La legendaria velocista rusa Irina Priválova se teme lo peor. Y es que cree que el atletismo ruso puede verse de nuevo excluido de unos Juegos Olímpicos de Tokio 2020, al igual que ocurriera en Río, debido al dopaje de Estado.,"Sería una tragedia, especialmente para lo que tienen opciones de medalla, como el caso de Serguéi Shubenkov -campeón del mundo en 110 metros vallas-, que podía haber subido al podio ya en 2016", comentó a Efe en la pista de atletismo d

Ignacio Ortega

Moscú, 28 sep .- La legendaria velocista rusa Irina Priválova se teme lo peor. Y es que cree que el atletismo ruso puede verse de nuevo excluido de unos Juegos Olímpicos de Tokio 2020, al igual que ocurriera en Río, debido al dopaje de Estado.

"Sería una tragedia, especialmente para lo que tienen opciones de medalla, como el caso de Serguéi Shubenkov -campeón del mundo en 110 metros vallas-, que podía haber subido al podio ya en 2016", comentó a Efe en la pista de atletismo de la Universidad Estatal de Moscú.

Priválova, de 50 años, se acordó también de la madre de Shubenkov, que se perdió Los Ángeles'84 por el boicot político, y de María Lasitskene, doble campeona mundial de salto de altura y absoluta dominadora de dicha disciplina desde 2015.

"Si no compiten en Tokio, tendrán muy difícil llegar a 2024", asegura la atleta reconvertida en entrenadora desde la muerte de su marido hace dos años.

Por eso se muestra comprensiva con los planes de Lasitskene de abandonar Rusia, defender individualmente su derecho a competir en Tokio como neutral y también ante la posibilidad de que cambie de ciudadanía.

"No la condeno. Tiene derecho a ello. Puede entrenar donde considere conveniente. Aunque si excluyen a Rusia, sus opciones de acudir a los Juegos serán insignificantes", asegura.

En lo que no coincide con la saltadora, que compite en los Mundiales de Doha como atleta neutral, es que la Federación Rusa de Atletismo (FRA) "tenga la culpa de todo".

"En el plano oficial, cumplen con todo lo que les exigen, aunque no sea suficiente. Yo creo que hay una división entre la federación y los entrenadores. Cada uno tiene su verdad y arrima el ascua a su sardina. Si todos trabajaran en la misma dirección...", apunta.

Tampoco cree que los responsables de los casos de dopaje sean "siempre" los técnicos, ya que aduce que ellos trabajan con adultos, no con niños.

"En Rusia el deportista es como un zorro blanco (inocente). Los atletas son hombres y mujeres hechos y derechos, y, en cambio, no son culpables de nada. El técnico les cogió por banda, les pinchó y él (el atleta) no sabía nada", asegura irónica.

De sus conversaciones con sus colegas, la moscovita ha llegado a la conclusión de que "los atletas rusos de alto nivel son los más limpios del mundo".

"¿En las regiones? Ahí, seguramente, sí pasan cosas", señala, pero cree que el consumo de drogas no es un problema exclusivo del deporte ruso, ya que cualquier persona tiene acceso a fármacos por internet.

"¿Cambiar la mentalidad de la gente? Con las drogas no ha surtido efecto. Me temo que es imposible", señala la campeona olímpica, mundial y europea desde los 400 metros vallas a los 60 metros lisos.

En caso de que el atletismo ruso siga siendo un paria mundial en Tokio, Priválova teme que se salgan con la suya los altos funcionarios y diputados que abogan por volver al aislamiento estalinista.

"No aprendemos de la historia. Ni un bando ni otro. Hay gente que piensa que, ya que no nos quieren, pues nuestros atletas no deben competir ni siquiera como neutrales. Que se queden en casa. Rusia es un país grande. Celebraríamos competiciones locales, como en los años 30. Es una idiotez, pero hay gente que piensa así", explica.

Lo que no entiende es por qué una atleta como Anna Chícherova no puede competir en Doha como neutral después de que la IAAF le arrebatara el bronce olímpico de Pekín por dopaje, cuando otros, como es el caso de Justin Gatlin, sí correrán en los Mundiales.

"¿Cuánto tiempo podemos seguir humillándonos? Me gustaría que todas las selecciones fueran controladas por igual, entonces todo sería justo. Lo de Chícherova no lo entiendo. Ya fue castigada. Entonces hay que hacer lo mismo con los atletas de otros países", se pregunta.

Sea como sea, no considera que la exclusión del atletismo ruso fuera un revés "mortal", aunque reconoce que las autoridades están "encantadas" de no tener que invertir en instalaciones deportivas y los padres ya no inscriben a sus hijos en disciplinas atléticas.

"Mientras, las iglesias crecen en Moscú como champiñones. Parece que vivimos en la Edad Media", lamenta.

Pero Priválova, que entrena en el primer estadio de atletismo cubierto -de nombre Iósif Stalin- construido en este país (1952), no tira la toalla.

Tiene motivos, ya que su segunda hija, María, de 18 años, es saltadora de triple y ya fue medallista con 2018, y su hija pequeña, de 14, ha dejado la danza para apuntarse a la pértiga.

"Yo misma empecé en el patinaje sobre hielo. Pero cuando me llevaron al estadio construido para Moscú 1980, vi que dentro hacía calor y ya no pudieron sacarme de ahí. No me gusta el frío", recuerda entre risas la rusa, que pasa los veranos en su casa en la Costa Brava española.

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