Con el dudoso argumento de que el atropello sufrido este miércoles por el español Orlando Ortega en la final de 110 metros vallas de los Mundiales "no es infrecuente" en esta disciplina, el Jurado de Apelación avaló una injusticia que echa por tierra el sacrificio de un atleta durante todo un año.
Después de revisar las circunstancias de la carrera, el Jurado "reconoció que el atleta español había sido obstaculizado pero concluyó, no obstante, que este tipo de incidente no es infrecuente en pruebas de vallas".
De la resolución se desprende que si ese tipo de atropellos ocurrieran sólo de vez en cuando, entonces sí se procedería a reparar la injusticia. O lo que es igual, la injusticia tiene cabida en el atletismo siempre que sea frecuente.
Pero el mismo Jurado de Apelación que rechazó la reclamación española por la obstrucción del reincidente Omar McLeod a Orlando Ortega en la final de 110 m vallas, sí ha concedido una medalla de bronce extra al polaco Wojciech Nowicki en la final de martillo.
Orlando Ortega, tras la final de 110 metros vallas: "Después de sacrificarse todo el año es duro que te quiten una medalla así. A mi que me ganen corriendo más duro que yo, que me ganen tirado en la meta, pero así no" https://t.co/o7pDpojx9X #Doha2019 #DohaWorldChampionships pic.twitter.com/il39AT5HRe
— RTVE (@rtve) October 2, 2019
Las dos resoluciones fueron publicadas con un minuto de diferencia pero, mientras el Jurado denegaba a España la petición de que Orlando Ortega fuera galardonado con la medalla de bronce, de acuerdo con la posición que ocupaba cuando McLeod se metió en su camino, al polaco le concedía una medalla de bronce extra.
En el caso de la final de martillo, el Jurado, tras examinar el vídeo, comprobó que el primer lanzamiento del húngaro Bence Halasz, el que precisamente le dio la medalla de bronce, había sido nulo, y que Nowicki debía ser recompensado con otro bronce adicional.
No le quita la presea al francés. El Jurado considera que Halasz, al saberse en el podio desde el principio, "eso influyó en su forma de afrontar el resto de sus intentos".
En consecuencia, un lanzamiento que en realidad fue nulo le dio la medalla de bronce a Bigot, que estuvo dos años suspendido por dopaje, entre 2014 y 2016. En caso de que hubiera sido, en efecto, anulado ese primer tiro del francés, el español Javier Cienfuegos habría ganado una posición en el concurso: sexto en lugar de séptimo.
La polémica en torneo a la final de vallas ha estallado en las redes sociales y las opiniones se dividen entre quienes exigen la reparación de una injusticia evidente y los que admiten el incidente como parte intrínseca de la disciplina y lo consideran una especie de catástrofe natural ineluctable.
El reglamento de competición de la IAAF, en su artículo 163.2 b) establece claramente la posibilidad de repetir la carrera:
b) Si otro atleta es considerado responsable del empujón o de la obstrucción por el Juez Árbitro, dicho atleta (o su equipo en caso de relevos) estará sujeto a descalificación de esta prueba. El Juez Arbitro, si estima que un atleta ha sido seriamente perjudicado, puede ordenar que la carrera se corra de nuevo excluyendo a cualquier atleta (o equipo) descalificado o puede permitir al atleta (o equipo) perjudicado (distinto de cualquier atleta o equipo descalificado) participar en una ronda posterior de la prueba.
La posibilidad de repetir la final, por tanto, estaba ahí contemplada, y de hecho se ha dado alguna vez, concretamente en los Mundiales en pista cubierta de Toronto'93, donde se repitió la final femenina de 60 m vallas, y en los Europeos al aire libre de Praga'78, donde se repitió la final de 100 m vallas.
En caliente, Ortega ha hablado de "robo" y de "estafa" para definir lo ocurrido. En la vida civil hasta el abogado más incompetente ganaría un caso tan evidente ante los tribunales. El mundo del atletismo es otra cosa.
Y como las resoluciones del Jurado de Apelación son inapelables, Ortega, por más que se desgañite, se queda con dos palmos de narices después de haber preparado intensamente los Mundiales durante todo el año. El daño es irreparable.
Su nacionalizaci n por el Gobierno espa ol lleg r pido, dado su gran nivel, y despert algunas cr ticas de vallistas de segundo nivel que pensaban que les iba a quitar el puesto en los grandes campeonatos. El futuro ha demostrado que estaban equivocados, porque simplemente nunca tuvieron la calidad necesaria para ganarse su plaza. La paciencia de Ortega, que vivi tres a os siendo uno de los mejores sin poder acabar en grandes campeonatos, dio sus frutos en los Juegos Ol mpicos de R o, donde debut con la selecci n, se colg la plata y se ech a llorar de la emoci n.