Carlos de Torres,Sajama (Bolivia), 4 oct (EFE).- Después de hacer cumbre en el Acotango (6.052 metros) y de pasar un día de descanso en los geíseres del Parque Nacional de Sajama, llegó el momento de afrontar el desafío "de verdad" para la expedición compuesta por 6 mujeres supervivientes del cáncer del Reto Pelayo Vida Andes 2019.,Desde el pueblo de Sajama, en el corazón del Parque Nacional del mismo nombre, se divisa nítida la montaña del mismo nombre, techo de Bolivia con 6.542 metros. Su cum
Carlos de Torres
Sajama (Bolivia), 4 oct .- Después de hacer cumbre en el Acotango (6.052 metros) y de pasar un día de descanso en los geíseres del Parque Nacional de Sajama, llegó el momento de afrontar el desafío "de verdad" para la expedición compuesta por 6 mujeres supervivientes del cáncer del Reto Pelayo Vida Andes 2019.
Desde el pueblo de Sajama, en el corazón del Parque Nacional del mismo nombre, se divisa nítida la montaña del mismo nombre, techo de Bolivia con 6.542 metros. Su cumbre, amplia, donde caben 4 campos de fútbol, brilla nevada y atrae la vista como un imán de las españolas Raquel, Victoria, Begoña, Estrella y Felisa y de la mexicana Rina.
Todas ellas, "fuertes física y moralmente" tras conquistar el Acotango, saben que deben formar un equipo para superar las adversidades del frío, el cansancio y el viento para conquistar el gigante boliviano.
Este sábado la expedición saldrá del "confort" del pueblo de Sajama, situado a 4.251 metros, para dirigirse al campo base a través de los campos de quinoa más elevados del país. En un determinado punto los maleteros de los vehículos pasarán la carga a los mulos.
Tras una marcha a pie de unas 3 horas llegarán hasta el campo base, situado a 4.850 metros. Por el camino siempre presente la majestuosa figura del Sajama, como un gigante que trata de abrazar cada paso de las expedicionarias.
"Veo al equipo fuerte, motivado tras llegar al Acotango. Se comportaron como un equipo.Están mentalizadas de que si una falla todas fallan. Es como una cadena, no se pude romper un eslabón", señala Marco Capriles, de 55 años, jefe de los guías locales, con 23 ascensiones al Sajama en su palmarés.
Una moral extensible a las expedicionarias, convencidas de que no será un desafío fácil y que el sufrimiento está asegurado, pero también de que van a llegar en bloque a la cima.
"Estamos con ganas e ilusión, sin perder el respeto a la montaña, pero tranquila porque cuando llegué y vi por primera vez el Nevado me recibió con la visión de un cóndor dándome la bienvenida. Soy consciente de que será muy duro, pero también sé que la montaña me va a cuidar", comenta mirando el Sajama la madrileña Begoña Conde.
Las emociones están a flor de piel, El trabajo previo está hecho y solo falta que la expedición eche a andar. Dentro de cada una de las 6 chicas sentimientos comunes y personales.
"Me considero una afortunada por estar aquí y poder enfrentarme al Nevado Sajama. En el camino hacia la cumbre me llevo en el corazón a mis hijos y todas esas personas a las que quiero. Mis emociones están a flor de piel", dice la almeriense Felisa Requena.
Según las previsiones de los jefes de expedición, el mencionado Marco y la himalayista asturiana Rosa Fernánde, el equipo llegará al campo base este sábado, allí se hará un trabajo psicológico, "tan importante como el físico", con la idea de que "no vayan a ciegas" y el día 6 al campo de altura, situado a 5.700 metros. En la madrugada del 7 al 8 se atacará la cumbre del Sajama.